Cuando el VAR sigue siendo una de las controversias del fútbol casi una década después de su implantación, otra polémica se abre paso en el Mundial de Clubs que se disputa en Estados Unidos: la suspensión de los partidos a causa de las tormentas eléctricas que sufren muchas zonas del país norteamericano en verano.
No es algo que afecte únicamente al fútbol, sino que las normas son estrictas en muchos estados y obligan a la suspensión de todas las competiciones deportivas y otros acontecimientos que se celebren al aire libre cuando se considere que hay riesgo para sus participantes.
Sin embargo, el celo de los organizadores lleva a situaciones, cuando menos, llamativas: el Chelsea-Benfica que comenzó el sábado a las 22 h (hora peninsular española), no acabó hasta la madrugada del domingo a las 2.39 h. después de una interrupción de dos horas cuando apenas faltaban cinco minutos para el final del partido.
El hecho de que la próxima Copa del Mundo se dispute allí –y en verano– ya genera cierta inquietud.