Lecciones tras la batalla

Lecciones tras la batalla
Director de La Vanguardia

La vida es un discurrir de pequeñas y grandes victorias o derrotas. La clave de todo es como uno es capaz después de administrar estos éxitos o fracasos de la forma más positiva posible. El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha dado a todos una gran lección estas últimas veinticuatro horas porque, ante un fracaso evidente como ha sido la fallida operación de opa hostil contra el Sabadell, ha dado la cara, ha asumido la derrota y se ha puesto a trabajar para que su entidad se recupere lo antes posible del golpe económico y reputacional.

Torres se puso el viernes en contacto telefónico con Josep Oliu, el presidente del Sabadell, para informarle de su intención de renunciar a la batalla una vez conocido que solo había recabado el 25% de los apoyos de los accionistas del Sabadell. El presidente del BBVA se podía haber ahorrado esa llamada y también su presencia hoy en muchos medios de comunicación para tratar de explicar la operación fallida. Hace tan solo quince días, en la entrevista que concedió a nuestro diario, había afirmado que su opa conseguiría “entre el 60% y el 70% del Sabadell”. Torres, no obstante, debe tomar nota de los errores cometidos. Al final, los accionistas del Sabadell, titulares de pequeñas y medianas empresas catalanas, han sido fieles a su banco y han hecho un gesto a favor de la competencia y en contra de los monopolios.

En el otro lado, el banco catalán recibió la noticia con la sensación de ser el pequeño David que le ha parado los pies a Goliat. A lo largo de los casi diecisiete meses que ha durado esta opa, la opinión mayoritaria de los sectores económicos era que el BBVA se acabaría imponiendo, por lo que es normal que el resultado final se haya recibido con tanta algarabía en la sede del Sabadell. Dicho esto, haría bien el banco catalán en sacar lecciones de su victoria y prepararse para el futuro. Son muchos los analistas que coinciden que al banco le falta fuelle y la presencia de un accionista fuerte para evitar en el futuro otro susto como el que le ha propiciado el BBVA. En el momento del triunfo, para unos, y la derrota, para otros, harían bien ambos en sacar las lecciones correctas de esta larga historia.

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