Ábalos y Koldo, ¿pueden convertirse en los Amedo y Domínguez del siglo XXI? Para los más jóvenes, Amedo y Domínguez fueron dos policías españoles que participaron del terrorismo de Estado (GAL) durante los años ochenta, amparados por miembros del Ministerio del Interior del gobierno presidido por Felipe González. Durante años guardaron silencio, hasta que el PSOE de González le ganó a Aznar, contra todo pronóstico, las elecciones de 1993.
Un año después, a finales de 1994, el periódico más antifelipista, El Mundo, cuyo director en los ochenta escribió no de forma muy crítica de los GAL, empezó a publicar por fascículos las memorias de Amedo y Domínguez, desvelando lo que era un secreto a gritos: que miembros del gobierno de Felipe González estuvieron detrás de actos terroristas contra ETA. Aquel sí fue el impulso definitivo para que el PP ganara sus primeras elecciones en 1996, por tan solo 300.000 votos, y tragándose su “Pujol, enano, habla castellano”. Una victoria por la mínima les obligó a pactar con el expresident para lograr la investidura.
En aquel momento el periodista –no confundir con notario– que estaba detrás de la estrategia comunicativa de Aznar era Miguel Ángel Rodríguez, hoy jefe de gabinete de Ayuso. Y en El Mundo eran compañeros Pedro J. Ramírez (hoy director de El Español ) y Eduardo Inda (hoy director de OkDiario ).
Treinta años después de aquella victoria contra pronóstico del PSOE, en julio del 2023, el PP no consiguió los resultados esperados y se quedó sin gobernar, a pesar de que los socialistas habían concedido indultos a líderes separatistas del procés. Pedro Sánchez logró la investidura con el apoyo de la izquierda, y de partidos independentistas como Esquerra, Junts y Bildu. Un gobierno muy difícil de digerir por el Madrid político, mediático, judicial y económico.
Treinta años después los protagonistas de la liquidación del felipismo hoy adoran a Felipe González. Treinta años después esos mismos protagonistas son los arietes que pueden acabar con el sanchismo.
Los protagonistas de la liquidación del felipismo son los arietes que pueden acabar con el sanchismo
Miguel Ángel Rodríguez, periodista no notario, ha confesado ser el filtrador de la información falsa publicada en exclusiva por El Mundo y que ha acabado con la inhabilitación del fiscal general. El Español, el periódico que dirige el exdirector de El Mundo Pedro J. Ramírez, ha publicado en exclusiva la celebración de una reunión secreta de Pedro Sánchez con Arnaldo Otegi. Ambos lo han desmentido. Veremos en qué queda. Y tanto El Mundo como OkDiario, dirigido por el experiodista de El Mundo Eduardo Inda, publican en exclusiva y por fascículos las confesiones de Ábalos y Koldo antes de entrar en prisión.
La frase es de Mark Twain, pero la conozco por Enric Juliana: la historia no se repite, pero a menudo rima. Ábalos y Koldo. Amedo y Domínguez. Las manzanas podridas del PSOE cambian de nombre y de delito. Pero los que salvan a España de gobiernos insoportables para el Madrid mediático, político, judicial y económico siguen siendo, en parte, los mismos. Tiene mérito que 30 años después sigan en plena forma.
El pecado mortal del sanchismo había sido amnistiar al gran enemigo de la patria, Carles Puigdemont. De momento, los jueces lo han impedido. Ayer Feijóo pedía a los empresarios catalanes que le ayudasen a conseguir los votos de Puigdemont para lograr derrocar a Sánchez. Miguel Ángel Rodríguez, el Nostradamus de los p’alante, publicó el jueves que el próximo en caer será Sánchez. Con González también lo intentaron. No lo lograron. Acabó condenado a diez años de cárcel Barrionuevo, su ministro del Interior. Siendo ya presidente, Aznar le indultó tras tres meses en prisión. Hagan sus rimas.
