La Guardia Civil ha calificado como un robo lo ocurrido en la oficina de Correos de Fuente de Cantos (Badajoz), donde los perpetradores sustrajeron catorce mil euros y 124 sufragios depositados por los residentes del municipio. El Partido Popular, por su parte, ha denunciado este incidente como un fraude electoral en Extremadura. A pesar de carecer de evidencia alguna, los miembros del PP han reaccionado airadamente, liderados por su candidata María Guardiola, quien ha declarado sin reparos: “Nos están robando la democracia delante de nuestros ojos”.
La fijación en teorías conspirativas ganó adeptos en la opinión pública, y su secretario general, Miguel Tellado, publicó en X: “Alguien tiene mucho interés en reventar las reglas del juego para alterar el resultado de las elecciones del domingo. En democracia, las trampas, las malas artes y el fraude no tienen cabida”. Finalmente, Alberto Núñez Feijóo coronó la situación al agregar en la plataforma social: “Exijo al Gobierno que explique cómo ha podido pasar algo así, por qué ocultó otros intentos de robo en otras oficinas la semana pasada y por qué no ofrece garantías en un aspecto tan básico para preservar la salud democrática de nuestra nación”. En ninguna otra circunstancia se ha extraviado una boleta, y los 124 residentes de Fuente de Cantos tendrán la oportunidad de votar nuevamente.
El Partido Popular (PP) ha denunciado un posible fraude en las elecciones, motivado por el presunto hurto de una caja fuerte que contenía 14.000 euros y 124 papeletas.
Entiendo que Balzac afirmaba que todo poder constituye una conspiración continua, pero cuando se perciben malas intenciones en situaciones donde nadie más las detecta (ni la Guardia Civil ni el juez), se está sufriendo la afección moderna conocida como conspiranoia, o simplemente se intenta agitar a la gente con imputaciones más o menos sutiles a la oposición con el fin de obtener algún voto. Es una práctica lamentable, verdaderamente lamentable, si no se dispone de pruebas, ni siquiera de indicios.
Este alboroto surgió tras revelarse recientemente que el conductor de la presidenta de Extremadura contaba con una condena por coacciones contra su expareja, sumado a la ausencia de la candidata en el debate de TVE, lo cual constituyó un error. La democracia implica también ser consciente de las personas que nos rodean, debatir posturas frente a los votantes y abstenerse de menoscabar unos comicios mediante teorías conspirativas, a pesar de que a Trump le haya funcionado esa táctica. Sin embargo, Extremadura no se asemeja al Middle West, o quizás sí.
