Vladímir Putin no va a poner fácil ningún acuerdo de paz, pues insiste en quedarse “los territorios históricos rusos” que ha ocupado en Ucrania a sangre y fuego. Lo repitió en un encuentro con la plana mayor del ejército ruso, en donde llamó “cerditos” a los líderes europeos que en su opinión desean el desmoronamiento de Rusia. Ese calificativo ha causado indignación en las cancillerías europeas, pero, bien pensado, los cerdos son animales extremadamente inteligentes y el uso de diminutivos en un discurso entre militares armados es un acto de prudencia. Casi me atrevería a definirlo como poco varonil. En una discusión en la calle o en el Parlamento es raro querer ofender a alguien llamándole “cerdito”.
'Rebelión en la granja' (1999)
La prensa de habla inglesa creó el término PIGS (cerdos en inglés) para designar a Portugal, Italia, Grecia y España durante la gran recesión de este siglo, lo cual fue aún más lamentable. Dicho acrónimo se formó a partir de las primeras letras en inglés de estas naciones, y quien lo adoptó de forma recurrente en su manual de estilo fue Financial Times, el prestigioso periódico de la City. El diario sostuvo que, si bien era un apelativo despectivo, captaba la situación económica de estas naciones. Los líderes de las naciones del norte de Europa encontraron atractiva esta denominación y la emplearon con frecuencia.
Putin characterized European leaders as "cerditos", while the 'FT' had previously described southern nations as "pigs".
Asimismo, Los tres cerditos representa una fábula europea del siglo XIX, que ha evolucionado hasta convertirse en un relato transmitido entre generaciones e incluso inmortalizado por Walt Disney en un cortometraje nominado al Oscar. En última instancia, su enseñanza es aplicable a las naciones europeas y a Putin, dado que los tres cerditos prevalecen al unirse en la casa compartida (de ladrillo) a pesar de los esfuerzos del lobo ruso por derribarla con su aliento. Los cerditos exhiben su destreza para evadir al adversario.
Y, en caso de que alguien aún creyera que el mandatario ruso ofendió a los europeos, puede rememorar la cinta Porco rosso, de Hayao Miyazaki, en la que el personaje principal emite una frase significativa: “Prefiero ser un cerdo que un fascista”. Sin mencionar Rebelión en la granja, de George Orwell, donde los cerdos se apoderan del control al ser los más astutos y asumir la dirección cuando el desorden impera en la granja. Tal como sucede actualmente en el mundo.
