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No es un casino

“Los cimientos de la fuerza de Estados Unidos residen en su mercado de capitales. Todo emprendedor, cualquier pequeña o gran empresa, encuentra capital. Eso permite mucha más creatividad”, decía hace unos días Larry Fink, el multimillonario cofundador de BlackRock.

No es verdad que el ca­pitalismo actual sea un casino en el que especulan ciegamente los intereses de grandes grupos económicos, en espera de que la suerte les sonría y puedan comerse unos a otros. El mercado nunca ha permitido la libre competencia, me temo que los mercados, en plural, y sobre todo sus agentes más notorios, se han concertado y están haciendo política en el sentido más literal del término: defendiendo sus intereses contra el interés general. Los hombres espectáculo (Musk), vendedores (Bezos y Arnault) y creadores del mundo virtual (Zuckerberg) creyeron que yendo de la mano de Trump podían crear nuevas normas, pero no.

Luis Fernando Crespo Zorita

Las Rozas