Se ha anunciado la instalación de cámaras en los autobuses de TMB para sancionar a quienes invaden el carril bus. Es una medida razonable: el uso indebido de este carril por coches y furgonetas que paran para recoger o dejar pasajeros entorpece gravemente el transporte público. Sin embargo, sorprende que el Ayuntamiento siga sin permitir que las motos puedan circular por los carriles bus ordinarios.
Barcelona es la ciudad europea con mayor densidad de motos. No es casualidad: la motocicleta es ágil, eficiente, reduce el espacio ocupado en la vía pública y con menos emisiones contaminantes que un coche. En una ciudad que presume de apostar por la movilidad sostenible, debería ser una aliada estratégica. En otras capitales españolas, las motos circulan por carriles bus sin ser un perjuicio para el transporte público. Es más, contribuye a una mejor distribución del tráfico, alivia la congestión en los carriles mixtos y aumenta la seguridad de los motoristas. Nadie pide acceder a ca-
rriles bus exclusivos, sino circular por los carriles bus ordinarios bajo normas claras.
Las motos no son el problema, sino parte de la solución.
Jorge Utrillas García
Barcelona