Donald Trump es un buen estadista, capaz de jugar una Ryder en Europa y hacerlo en casa. Europa, por su parte, ha salido al tee del 1 con una bolsa de palos a medias. De primer golpe se ha ido a un búnker profundo y, mira por dónde, no lleva sand wedge como opción para poder sacar la bola.
La Vieja Europa se está quedando en una simple bandera azul con 12 estrellas alineadas en círculo. La realidad es que cada estrella tira por su lado y la geometría perfecta de su estandarte es una falacia.
Lineker dijo que el fútbol es un deporte en que siempre gana Alemania. Seguramente los aranceles no son un deporte, pero visto lo visto son una actividad en que, hasta la fecha, siempre gana Trump. Él solito consigue los puntos necesarios para llevarse la Ryder Cup a casa.
Jordi Marbà i Martí
Sant Cugat del Vallès