Cuando pensamos en el destino de las vacaciones que queremos hacer, siempre resulta ser un quebradero de cabeza. ¿Es mejor ir a la playa? ¿A la montaña? ¿A un pueblo del interior? ¿A un país extranjero del que todo el mundo habla?
Se entra así en un debate con amigos, familia o incluso con uno mismo por saber la decisión final. En muchas ocasiones, solemos decantarnos por lo mayormente conocido, y no nos damos cuenta de que, en realidad, hay verdaderos paraísos más cerca de lo que imaginamos.
En este FotoFlash de Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia, con imágenes compartidas por Miquel Galceran, mostramos un lugar ubicado en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y que, además, desprende una belleza innata: La Isleta del Moro.
Un destino con encanto
Una antigua leyenda cuenta que la localidad recibe el nombre que tiene por un antiguo pirata moro que utilizaba la zona como refugio.
A día de hoy, la Isleta del Moro se trata de un pequeño pueblo que se encuentra a 40 kilómetros de Almería capital. Tiene poco más de 170 habitantes, y las familias que residen en la zona conservan una gran tradición pesquera que arrastran desde hace siglos.
Sus casas bajitas y blancas se disponen de manera armoniosa y respetuosa frente al mar. La tranquilidad que se respira en cada rincón es otra de las características más destacadas de la Isleta del Moro, creando así una atmósfera única.
La Isleta del Moro tiene poco más de 170 habitantes y arrastra una tradición pesquera desde hace siglos
El pueblo también ofrece unos paisajes impresionantes y unas playas de aguas cristalinas. La Playa del Peñón Blanco es de las más conocidas de la zona. Recibe este nombre por la roca de color blanco que está ubicada en mitad de la arena.
Asimismo, para los amantes del senderismo, este lugar también es ideal. Hay varias rutas que atraviesan el Parque Natural, como la que lleva al Mirador de la Amatista, donde se puede disfrutar de las vistas al mediterráneo y al paisaje árido.
Otra de las actividades más recomendadas en la isla es el buceo. La riqueza de la biodiversidad marina permite descubrir toda una serie de especies autóctonas y formaciones rocosas. En total, esta isla cuenta con 12.000 hectáreas de franja marina protegida.
En definitiva, la Isleta del Moro es un destino que rebosa de tranquilidad, armonía y tradición que ofrece a quienes lo visitan una experiencia distinta y auténtica en la costa de Almería.
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