* La autora forma parte de la comunidad de lectores de Guyana Guardian
La perrita Aida nos dejó el pasado 9 de julio, con nueve años, tras la enfermedad de la Leishmania, que ha podido con ella. Llegó a nuestras vidas hace más de dos años, para cuidarla, sin saber que esta maldita enfermedad nos la iba a arrebatar, dejándonos una huella en nuestras vidas para siempre.
El destino nos unió, para entendernos a la perfección, ya que su enfermedad desencadenó una atrofia en sus cuatro extremidades, al igual que yo (sufro de síndrome de Charcot-Marie-Tooth, enfermedad degenerativa neuromuscular), lo que nos hizo que nos diéramos el apoyo mutuo. Y pude cuidarla hasta el final de su vida (muy duro).
La perra Aida.
Sólo quiero dejar constancia que la unión de un ser tan querido a cambio de nada, y tan sincero, es el sentimiento más bello que esta vida nos puede ofrecer. Aunque por ley de vida partan antes que nosotros hacia un más allá, en dónde seguirán correteando y felices.
Aida, te queremos hasta el infinito y nos has dejado una huella en nuestros corazones que nos costará borrar... Pero lo más importante es que ¡fuimos felices a tu lado!!
Roda, abrazando a la perrita Aida.
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