Buenos días,
Ya puede Alberto Núñez Feijóo ir haciendo cónclaves triunfales como el que ha protagonizado este fin de semana en Sevilla, donde ha reunido a 465 diputados autonómicos, 145 senadores, 137 diputados del Congreso y 22 eurodiputados. Que a nadie le quepa ninguna duda que el poder del PP es indiscutible. El problema es que a pesar de repetir tantas y tantas veces que ha llegado su hora, Pedro Sánchez sigue en la Moncloa y no parece que ninguno de sus socios le vaya a dejar caer para facilitar una moción de censura. O, al menos, no de momento. Para mayor claridad sobre esta igualdad de bloques les recomiendo el artículo que hoy escribe Iván Redondo.
Si hacemos caso a los sondeos de opinión, la situación actual no se diferencia mucho a la que había antes de las últimas elecciones. El PP puede ganar, pero está lejos de la mayoría absoluta. Vox es el elefante que sigue allí, con una base de votos muy amplia, y que parece crecer gracias al impulso del trumpismo. Feijóo es omnipresente y no para de organizar eventos, como el de este fin de semana, mientras que Santiago Abascal parece que ni ésta ni se le espere. Sin embargo, el PP no logra atraerse a los votantes de Vox, que muestran una resiliencia admirable. Además, le marcan el ritmo a Carlos Mazón en Valencia, a cambio de apoyarle los presupuestos, y amenazan con hacerle lo mismo a Jorge Azcón en Aragón y a Fernando López Miras en Murcia.
Feijóo ha cumplido tres años como líder del PP y puede sentirse satisfecho porque ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado. Sin embargo, es un aniversario agridulce porque sigue en la oposición y, por mucho ruido que haga, parece que va a estar allí hasta el 2027 cuando se acabe la actual legislatura. José María Aznar y Mariano Rajoy ya pasaron por lo mismo, tuvieron santa paciencia y les llegó su hora. De lo que se trata es saber si a Feijóo le sucederá lo mismo.
Algún socialista con mala baba aduce que el verdadero líder de la oposición no reside en la calle Génova, sino a pocos metros de allí, exactamente a cuatro minutos a pie, en el Palacio de las Salesas, la sede del Tribunal Supremo y donde tiene despacho el juez Manuel Marchena. Está malévola afirmación se debe a que la continuidad de Sánchez depende más del apoyo de sus socios que de la habilidad de Feijóo en la oposición. Y hay un socio, en particular -nos referimos a Junts per Catalunya-, que apoyó su investidura a cambio, entre otras cosas, de que se superase la crisis política catalana con una amnistía a sus líderes. Y a Carles Puigdemont se le está acabando la paciencia -esa virtud a la que antes nos referíamos- porque ve que la famosa amnistía no llega. Y no llega porque el PP y el Supremo han presentado recursos, a los que tenían todo el derecho, pero que lógicamente se ha retrasado la aplicación de la ley. En los mentideros del Gobierno se da por hecho que el Tribunal Constitucional avalará la ley de amnistía antes del verano y el líder de Junts podría regresar a Catalunya y, en consecuencia, consolidar la relación de confianza con Pedro Sánchez.

El presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido
Pero esto no acabará aquí. Parece claro que el Supremo pondrá nuevos obstáculos a la aplicación de la ley y podría recurrir la decisión del Constitucional y acudir al Tribunal de Justicia de la Unió Europea (TJUE) con lo que retrasaría por más tiempo su entrada en vigor. Hay muchas dudas legales sobre cómo podría afectarle a Puigdemont esta decisión y hay quien dice que, si volviese a España, podría estar desde horas a unos cuantos días privado de libertad. Pero éste es un riesgo que el dirigente catalán no quiere correr. Por tanto, el recurso del Supremo provocaría la prolongación del tiempo de estancia de Puigdemont fuera de España y, en consecuencia, aumentaría el riesgo de que Junts se desentendiese del pacto con los socialistas.
La decisión del Supremo de acudir a Europa no es una elucubración gratuita. Estos días, el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, se ha encontrado con la sorpresa de que otros órganos jurisdiccionales se niegan a ejecutar sus sentencias y amenazan con acudir a la justicia europea para preguntar sobre la obligatoriedad de aplicarlas. El caso más claro ha sido el de la Audiencia Provincial de Sevilla que ha dicho que tiene dudas sobre si el TC se “extralimitó” en la sentencia del Alto Tribunal que consideró legales los ERE de Andalucía y liberó de la condena a diversos dirigentes socialistas como Manuel Chaves o José Antonio Griñán. El TC ya tumbó otras medidas de otros órganos judiciales como uno que afectaba al líder de Bildu, Arnald Otegi, u otro al ex diputado de Podemos Alberto Rodríguez. El TC también ha tenido conocimiento de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tiene intención de hacer algo similar sobre un asunto de laudos. Al plantear una cuestión prejudicial, la aplicación de la sentencia del TC quedaría a en suspenso.
Todo ello huele a precedente de lo que podría suceder con la sentencia sobre la amnistía. Y el gran debate que se ha abierto ahora dentro del TC es saber si Conde-Pumpido tiene margen para impedir que estos recursos lleguen al TJUE o no puedan tramitarse.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El impedimento a la aplicación de la amnistía recuerda a lo que sucede con la oficialidad del catalán en el Parlamento Europeo. El PP ha dejado muy claro que está en contra. Y no lo está tanto porque considere que el uso de las lenguas autonómicas no debería permitirse, sino para evitar que su aprobación consolide el apoyo de Junts al Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso. Se trata de poner palos en las ruedas a la entente entre socialistas e independentistas.
Y es que, entre los sueños de los dirigentes socialistas más optimistas, existe la creencia de que a finales de año Puigdemont podrá volver a Catalunya y el catalán será oficial en el Parlamento Europeo, lo que podría abrir la puerta a que se aprobasen los presupuestos del 2026. Es decir, que puede ser más fácil aprobarlos para el próximo año que no este, que ya no queda nada de tiempo. Justamente ayer el ministro José Manuel Albares se mostraba optimista con la posibilidad de que el catalán sea oficial “tarde o temprano” en Europa. En cambio, el mensaje que lanzó el secretario general de Junts, Jordi Turull, en un acto en Sant Celoni, no va en la línea optimista de los responsables socialistas. El dirigente de Junts dijo que el Gobierno central no puede contar con los votos de sus diputados “ni para los presupuestos del 2026, ni los del 2027, ni los del 2028”. Es la manera que tiene el partido de Puigdemont de mostrar su malestar porque no se cumplen los acuerdos del pacto de investidura.
Todo ello nos lleva al inicio de esta reflexión: la suerte de Feijóo va más ligada a lo que pueda hacer el Supremo o lo que suceda en el Parlamento Europeo que a su propia capacidad de erosionar al Gobierno en España.
El problema para Sánchez es que tiene muchos frentes abiertos y podría resolver sus diferencias con Junts, pero luego le queda contentar al resto de socios, lo que no es nada fácil, pero esto merecería otra larga reflexión.
Las recomendaciones del director
Como cada lunes, les dejo aquí mis recomendaciones de esta última semana que no se pueden perder:
- Un reportaje de nuestro equipo de A Fondo sobre el control de la inmigración en la frontera de Port Bou;
- El estado en que se encuentra la Comunidad Valenciana cinco meses después de la dana;
- Sobre la absolución de Dani Alves, dos miradas diferentes (esta y esta) de dos firmas de nuestro periódico;
- La opinión de cuatro expertos sobre el futuro económico de Europa recogidas por Pier Giorgio Sandri;
- La noticia de los tres artistas seleccionados para construir la fachada principal de la Sagrada Família;
- Los siete proyectos seleccionados por la UE en España para extraer materiales críticos o también llamados minerales de tierras raras;
- Una nueva edición de Foros de Vanguardia que ha tenido ésta vez de protagonista a Maurici Lucena, presidente de Aena;
- Una entrevista en La Contra a nuestro colega Santiago Tarín que publica el libro Los crímenes de los pasos perdidos;
- La opinión de psicólogos y expertos en redes sobre la serie del momento: Adolescencia.
Feliz semana.