La última vez que Junts decidió en una consulta sobre una ruptura, en octubre del 2022, cuando abandonó el Govern de Pere Aragonès, el clima interno era tenso y había división. Un 55,73% apostó por dejar la coalición con ERC y un 42,39%, por seguir en el Govern de la Generalitat. Entonces, se medía con lupa la participación para saber de antemano como podía impactar en el resultado y se trató de evitar cualquier filtración. La forma, cuando se comunicó el resultado al resto de la dirección, fue obligar a todos los miembros de la ejecutiva a entrar sin móvil a la reunión. En esta ocasión, no está previsto un mecanismo de seguridad similar, lo cual muestra
Tres años después, la formación de Carles Puigdemont, aunque tiene menos cuotas de poder institucional, vuelve a dar la palabra a sus afiliados para romper con el PSOE, si bien en esta ocasión, tras el aval unánime de la dirección a la postura del expresident y el apoyo mayoritario del consejo nacional a la votación, la situación es totalmente distinta. Tanto es así que la única incógnita por despejar es la participación, que motivó a los máximos dirigentes de JxCat a animar a votar a los cuadros de la organización posconvergente con mensajes en las redes sociales.
Esa es toda la campaña, puesto que sin disidencia en la sala de mandos, lo único que puede dejar más o menos en evidencia a la dirección de JxCat es que la participación sea muy baja.
La urna digital de la formación abrió ayer a las 10 de la mañana y hoy a las seis de la tarde se cerrará. Media hora después, se conocerán los resultados y no hay ningún elemento que haga pensar que la militancia puede dar la espalda a la postura de la dirección. “¿Estás de acuerdo con la propuesta de la ejecutiva de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE ante los incumplimientos reiterados de sus compromisos?”, es la pregunta que deben responder los cerca de 6.000 afiliados que tiene el partido en estos últimos años de manera estable.
En la cita que tuvo lugar el lunes en Perpiñán, todos los discursos iban alineados con la valoración que hizo el presidente del partido. “Había matices, como es normal, pero todos abogaron por romper”, resume un dirigente presente. En la reunión extraordinaria del consejo nacional del martes, en formato telemático y presencial, un 93,36% validó la consulta a los militantes.
De hecho, en el pleno que se celebra esta semana en el Congreso, pese a lo guiños del Gobierno hacia Junts, le grupo que comanda Miriam Nogueras ya ha procurado que se note el distanciamiento con los socialistas. Con todo, en una de las iniciativas que se vota hoy en la Cámara Baja, sobre aumentar sanciones a aquellas personas que aparquen su vehículo en plazas reservadas para personas con movilidad reducida, el grupo posoconvergente coincidirá con el Gobierno, que no arroja la toalla y cree reversible este escenario.
En Junts, con todo, reiteran que “ruptura significa ruptura” y que no habrá canales de negociación abiertos con el PSOE ni con los ministerios; tampoco reuniones en el foro internacional de Suiza con el expresidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. De ese modo, solo queda la cordialidad entre ambas organizaciones, según fuentes posconvergentes.



