Elena Crespo no habla del divorcio desde la teoría. Lo ha vivido. Y no solo eso: ha hecho de él su especialidad, su carrera y su causa. Con 23 años de trayectoria como abogada de familia, dirige el despacho Crespo Law, ha sido reconocida por su labor en mediación y cultura de paz, y desde su pódcast Del divorcio se sale, trata de desmontar el estigma que sigue rodeando a las rupturas.
En una reciente entrevista con Jorge Serratos en el pódcast Sinergéticos, Crespo abordó sin filtros por qué el número de separaciones lideradas por mujeres no deja de crecer. “A partir de los 40, muchas se sienten con más claridad, con los hijos más mayores, con una carrera más asentada… y si no reciben atención, se van. La mayoría de los divorcios los lidera la mujer”, aseguró.
Elena Crespo tiene claro que el desgaste no siempre viene de un gran conflicto. La trampa es el abandono progresivo. “El amor se hace desde que te levantas por la mañana. Desde que le dices a tu pareja: ‘¿Cómo has dormido? ¿Cómo estás?’”, defendió. En su consulta, el patrón se repite: mujeres que se han apagado esperando gestos que no llegan y hombres sorprendidos porque “no vieron venir” la separación.
“Nosotras buscamos atención, comunicación, compartir emociones. Pero muchos hombres se relajan cuando sienten que ya tienen conquistada a la mujer”, explicó. Lo que antes eran mariachis y cenas románticas, se convierte en sofá y cerveza. “Y la rutina mata. Cuando el hombre se obsesiona con su trabajo y descuida la relación, nosotras sentimos que nos sobra el marido”.
La mujer busca relaciones vivas y el hombre, relaciones cómodas”
Según la abogada, la llamada “crisis de los 40” existe, y llega en muchos casos con forma de transformación interior. “Yo misma me divorcié con 40 años. Tenía una casa enorme con vistas al mar, dos hijas pequeñas, una carrera consolidada… y algo dentro de mí me dijo: ‘Vas a hacer del divorcio tu vida’”. Y así lo hizo: compró un anillo como símbolo de compromiso consigo misma y montó un despacho de referencia.
Esa experiencia personal la ha llevado a observar cómo muchas mujeres solo encuentran su propósito cuando se ven solas. “Hay mujeres que necesitan quedarse solas para relanzarse profesionalmente. El matrimonio puede funcionar, sí, pero hay que cuidarlo. Y si no se cuida, duele. Y si duele, acaba”.
Entre las principales causas de divorcio, Crespo destaca la monotonía, la falta de deseo y lo que llama “infidelidad financiera”. Muchas mujeres, afirma, sienten que sostienen la vida familiar pero no tienen control sobre los recursos. “A veces creen que sus maridos se están forrando y ellas no reciben nada. No han hablado nunca de dinero. Ni de cómo se organizarían si un día se separan”.
Sobre las infidelidades, Crespo lanza otra afirmación rotunda: hoy están equiparadas. “Hay mucha infidelidad femenina, pero se oculta más. Los hombres creen que sus mujeres son diferentes, pero en su WhatsApp siempre hay satélites: hombres que escriben, que quieren estar con ellas. Y si no tienen atención en casa, un día simplemente caen”.
La diferencia, dice, está en la motivación. “La mujer no quiere poner los cuernos. Pero si no se siente vista, un día encuentra a alguien que sí la ve. El hombre busca sexo. La mujer, conexión”.
Conversaciones incómodas
Evitar el divorcio: ¿es posible?
Crespo no demoniza el divorcio, pero sí cree que muchas separaciones podrían evitarse si se hablase más. “Hay que compartir ocio, crear complicidad, tener momentos pasionales. Hacer equipo. Si se descuida la relación, si solo se vive para trabajar y pagar facturas, la pareja se rompe”. Y remata: “Para muchas mujeres, la gota que colma el vaso no es un gran problema, es el olvido diario”.
Por eso, cuando le preguntan qué pueden hacer los hombres para evitar que sus parejas les pidan el divorcio, su respuesta es simple pero potente: “Cuiden a su mujer. Hagan que se sienta viva. Y recuerden que el amor no se improvisa: se hace desde que te levantas”.