Mery Revuelta sigue con su challenge de 'alimentos que no ha probado nunca. Hace poco, le tocó a la lechuga y compartió la experiencia en un vídeo que rápidamente se volvió viral. “La gente que me conoce sabe lo que es esto para mí”, confesó antes de llevarse el primer bocado a un plato que para la mayoría es cotidiano, pero que para ella suponía todo un desafío personal.
Una lista de “primeras veces”
El vídeo forma parte de una serie en la que la protagonista va incorporando a su dieta alimentos que nunca había probado. De hecho, ya le pasó con la ensaladilla rusa. En esta ocasión, decidió preparar una ensalada improvisada con lechuga, atún, pepinillo, aguacate y tomate. Entre risas admitió que ni siquiera sabía cómo trocear la verdura. Tras probarla, su primera impresión fue clara: “Sabe a aceite”. Un segundo intento tampoco la convenció, lo que evidencia que la reconciliación con la lechuga todavía tendrá que esperar.
La gente que me conoce sabe lo que es esto para mí
Reacciones entre la sorpresa y la complicidad
El hecho de no haber comido ensalada en casi un cuarto de siglo generó comentarios de todo tipo. Algunos usuarios no podían creerlo: “No me lo puedo creer que no hayas comido lechuga nunca. ¿Y qué comes?”*, preguntaba uno. Otros optaron por la ironía y la crítica: “Madremía… esta generación nos tiene que pagar las pensiones”.
También surgieron mensajes de empatía. “Pues yo estoy contigo, no elegimos lo que no nos gusta. A mí no me gusta la lechuga, el tomate o los pimientos y no por eso estoy menos sana”, escribía otra usuaria. Tampoco faltaron los consejos prácticos: “La clave es echar mazo vinagre y así no sabe a lechuga”.
Más allá de la anécdota, el vídeo abrió debate sobre cómo influyen los hábitos de la infancia en la relación con la comida. Hubo quienes apuntaron a los padres por no ofrecer suficiente variedad de verduras y quienes compartieron que solo toleran la lechuga en hamburguesas o que, directamente, la comen “como si fueran patatas fritas”.
El caso ilustra cómo un gesto tan común como preparar una ensalada puede convertirse en una experiencia insólita para otras personas, y cómo las redes sociales convierten incluso un simple plato de lechuga en tema de conversación.