Con el lema “Un día es un día”, el Rec.0 vuelve a Igualada del 5 al 8 de noviembre con una propuesta que va más allá de la moda. Este año, el festival de pop-up stores convertirá uno de los viejos edificios industriales del barrio del Rec —la antigua curtiduría J. Baliu— en un hogar simbólico. Será una ocupación artística y efímera, una performance que reivindica lo que hace años reclama su organización: la necesidad de revisar el planeamiento urbanístico y dar una segunda vida a este barrio histórico, corazón de la antigua industria curtidora catalana. “Queremos evidenciar que el Rec podría ser un espacio habitable, con viviendas, tiendas y talleres —explica Marina Iglesias, una de las organizadoras—. Hay más de 50.000 m² de edificios en desuso y otros tantos de suelo vacío. Es un barrio inmenso, con fábricas abandonadas que solo cobran vida durante el festival”.
Desde su primera edición en el 2009, el Rec.0 se ha definido por esa doble vocación: revitalizar un patrimonio en riesgo de desaparición y convertirlo en un escaparate de la moda catalana. Lo que comenzó como una aventura se ha consolidado como la cita más importante de ventas outlet del país, con un centenar de marcas y un 80% de participación catalana. “El Rec.0 no tendría sentido sin esa mezcla —añade Iglesias—. Aquí se encuentra todo el pulso de la moda catalana: desde grandes firmas hasta diseñadores emergentes”.
La ocupación artística de un antiguo edificio industrial servirá para reclamar un futuro para el barrio de Igualada
Entre los participantes de esta edición figuran nombres como Munich, Sita Murt, Miriam Ponsa, Brownie, Thinking Mu, Aldo Martins, Txell Miras o Josep Abril, junto a marcas internacionales como Nike, Levi’s o Camper. La marca igualadina Aldo Martins, que celebra medio siglo de historia, firma la pieza conmemorativa del festival: una bufanda de edición limitada diseñada y producida íntegramente en la ciudad.
Desde la primera edición, la diseñadora manresana Miriam Ponsa ha encontrado en el Rec un reflejo de su filosofía creativa. Este año, al cumplir 25 años de carrera, presenta una exposición que revisa su trayectoria y sus valores. “El proyecto del Rec.0 siempre me pareció poético y valiente —afirma— porque la moda era una excusa para salvar un barrio. Me sentí muy identificada con la idea de dar nueva vida a los espacios industriales”.
Una edición pasada del Rec.0 Igualada
El festival mantiene su apuesta por la sostenibilidad con el espacio Rec Imperdible, en la primera planta del Museu de la Pell, donde se reunirán una veintena de propuestas de moda responsable y de km0 – Iaios, Sepiia, Top Manta o Boira–, así como el exitoso mercado de intercambio de ropa, organizado con el apoyo de la Agència de Residus de Catalunya. Estudiantes de diseño de BAU, ESDI, La Gaspar o LCI Barcelona presentarán, además, sus creaciones en un concurso de moda circular.
Otra de las joyas del certamen es el espacio Pell del Rec, una muestra dedicada a los artesanos del cuero que todavía trabajan en las curtidurías activas del barrio. La Bella, una antigua fábrica rehabilitada en 1913, acogerá marcas como Platadepalo, Carner Barcelona, Puntotres o Leather Hug Belts, junto a nuevas incorporaciones como Sañudo Artesanía o las alfombras de piel de Seatty Rugs.
Pero el Rec.0 no es solo moda. En sus cuatro días despliega una extensa agenda cultural y gastronómica que convierte las calles del barrio en un espacio efervescente. Habrá más de treinta actividades gratuitas: conciertos, talleres, visitas guiadas a curtidurías, sesiones de danza urbana, poesía y una silent disco nocturna. En los escenarios sonarán Gavina.mp3, La Tour de Carol, Ivette Nadal o el australiano Steve Smyth, junto al dj Andreu Presas de Ràdio Flaixbac.
La gastronomía, otro de los pilares del evento, reunirá 42 puntos de restauración con cocinas de todo el mundo: desde los arroces de montaña de Patomata Foodtruck hasta el ramen de Ten Sushi o los cheesecakes de La Iaia Artesana. No faltarán las propuestas vegetarianas, veganas y sin gluten, ni el nuevo cóctel sin alcohol de Fever-Tree, con granada y pomelo.

