Cuando una caldera deja de funcionar de manera repentina, el impacto en la vida cotidiana es inmediato: quedarse sin agua caliente o sin calefacción, especialmente ahora en invierno, afecta al bienestar del hogar y requiere, casi siempre, una intervención urgente. En este tipo de situaciones, contar con un seguro de hogar que incluya asistencia para la reparación de calderas marca una gran diferencia, ya que permite gestionar el incidente con rapidez y reducir tanto las molestias como los costes iniciales de la intervención.
En términos generales, algunos seguros de hogar ofrecen un servicio específico de reparación urgente de calderas. Este servicio está pensado para actuar cuando la vivienda se queda sin suministro de agua caliente o calefacción debido a una avería inesperada. Las compañías que ofrecen este servicio consideran esta circunstancia como una urgencia doméstica y, por tanto, ponen a disposición del asegurado un profesional cualificado capaz de diagnosticar y, en su caso, reparar el problema. En la práctica, esto significa que el asegurado no tiene que buscar por su cuenta un técnico disponible y evitar así esperas prolongadas, especialmente en épocas de frío o en momentos de alta demanda.
Normalmente, las pólizas que incluyen este servicio cubren el desplazamiento del técnico y una parte importante de la mano de obra necesaria para efectuar la reparación. Aunque pueden variar según la compañía y el tipo de póliza, lo habitual es que al menos las primeras horas de trabajo estén incluidas, de modo que el asegurado pueda recibir atención profesional sin gastos adicionales para el cliente. En caso de que la reparación exija más tiempo o suponga la sustitución de piezas, es habitual que el coste de los materiales vaya a cargo del asegurado, frecuentemente tratando que sea en condiciones ventajosas.
Los sistemas de calefacción deben estar al día en sus revisiones.
Pasos a seguir
Lo fundamental para el asegurado es conocer qué coberturas tiene contratadas y acudir al servicio de asistencia en cuanto detecte una avería
Ahora bien, para que la reparación pueda llevarse a cabo, la caldera debe cumplir ciertos requisitos. Por ejemplo, suele exigirse que el aparato funcione con gas natural o butano y que tenga el mantenimiento legal al día. También es habitual que existan exclusiones por antigüedad excesiva del equipo o por determinados tipos de calderas, como las de gasóleo, de modo que resulta esencial revisar las condiciones de la póliza para conocer exactamente qué está cubierto.
En cualquier caso, lo fundamental para el asegurado es conocer qué coberturas tiene contratadas y acudir al servicio de asistencia en cuanto detecte una avería, ya que una intervención rápida y profesional es la mejor forma de minimizar las molestias y garantizar la seguridad del hogar.
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Sergio López es Director de Seguros de Particulares de Occident. Más información en www.occident.com
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