La infancia está llena de travesuras, pero algunas quedan grabadas en la memoria como auténticas locuras. Belén Esteban ha desempolvado recuerdos de su niñez y los de su familia, dejando claro que los juegos de sus hermanos iban un paso más allá de lo habitual.
En su charla en el podcast de Nude Project, la colaboradora de Ni que fuéramos Shhh recordó las peripecias de su hermano Cuqui, cuya creatividad para meterse en líos parece haber marcado a los Esteban.
Anécdotas
El descampado, escenario de las locuras de la familia Esteban
Uno de los episodios más llamativos tiene como protagonista a su hermano mayor y al propio Cuqui. “Lo ató a un árbol y empezó a tirarle cuchillos”, relató entre risas, aunque admitiendo que la situación no tardó en salirse de control: “Vino la policía, claro. Es que mi hermano Cuqui ha sido un trasto”.
Según Belén, estas ocurrencias eran el pan de cada día en un descampado cercano a su casa, donde los niños del barrio se reunían mientras las madres los llamaban constantemente para que subieran a casa.
Pero Cuqui no era solo conocido por sus juegos peligrosos, sino también por su habilidad para volver loco a todo el mundo con sus andanzas. Belén recordó cómo, después de jugar durante horas en el descampado, su madre tenía que recurrir a soluciones drásticas para limpiarlo. “Le ponía agua caliente en la bañera y, en lugar de usar una esponja, le daba con un estropajo porque llegaba lleno de mierda”, comentó La Patrona. El pobre chico acababa con las rodillas rojas tras esas sesiones de limpieza.
Karma paternal
De tal palo, tal astilla
Lo más curioso es cómo la vida parece devolver las travesuras: Cuqui, que ahora tiene un hijo llamado Coco, está experimentando en carne propia el karma de la paternidad. “Todo lo que le hizo a mi madre, ahora se lo está haciendo su hijo a él”, bromeó Belén, que confesó que quizás no debería de haber contado estos episodios: "Me van a matar por esto que estoy contando”.