Miguel Ríos, leyenda del rock de 80 años: “Soy machista, pero estoy aprendiendo a dejar de serlo”
'La Revuelta'
El veterano músico visitó a David Broncano y desmontó mitos del rock mientras hablaba sin tapujos sobre la educación machista que recibió en una familia con cinco hermanas
David Broncano responde con humor a la polémica con Melody: “La podemos invitar en la onomástica de San Fadao”
Miguel Ríos definió el sexo como “la única nostalgia” que le queda en la vida, durante su visita a 'La Revuelta'
Entre críticas, persianas y polémicas, este lunes se abrió paso una leyenda. Miguel Ríos entró en La Revuelta con actitud rockera, camiseta de merchandising bajo el brazo y a ritmo de bombo. “Gran público”, agradecía al pisar el plató. Y no defraudó: se mostró divertido, lúcido y con ese tono suyo, entre socarrón y profundo, que no caduca con los años.
A sus 80, fue el más mayor del teatro. “La vejez… nunca me ha gustado parecerme a Fraga, pero…”, bromeó sobre su forma de andar. Broncano le lanzó un “aquí se liga, ¿eh?”, y el programa entró en modo show. Primer plano incluido para que luciera carita. Él, encantado: “Quise ser ídolo de la juventud. Luego, en la segunda edad, no se me dio mal. Y ahora, en la edad tardía, quiero ser el héroe”. Ovación.
“Las niñas hacían las camas”
Miguel Ríos confesó que arrastra una educación patriarcal y que sigue en proceso de desaprender lo que le inculcaron de niño
Aunque se rio de todo, también hubo momentos para la reflexión. Al hablar de su generación, lanzó un alegato tan crudo como honesto: “En nuestra juventud no podías ser nada más que machista. Soy el menor de cinco hermanas. Mi madre me decía: ‘Eso lo hacen las niñas’. Hoy debería salir y decir: soy Miguel Ríos y soy machista. Estoy aprendiendo. Es difícil quitarse la educación que recibimos”, confesó.
Rompió también con el mito del rockero salvaje: “No destrozábamos habitaciones. Hasta hacía la cama”. Y explicó por qué: “Había que pagarlas. Es más fácil ser conflictivo si eres rico. Los de los Who tenían pasta. Yo, como Mike Ríos, ¿qué iba a romper?”.
Hubo tiempo para el recuerdo. Miguel Ríos relató cómo su vida cambió cuando abrió un vinilo de Elvis Presley en una tienda de discos de Granada en 1958. “No tenía ni idea de lo que decía, pero me lo decía a mí”, confesó con nostalgia. “Dejé de oír Mi primera comunión y La ovejita lucera. Aquello era otra cosa. Fue como una abducción”.
También contó cómo llegó a Madrid por primera vez: “Me vine en un camión de galletas con mi cuñado, que era delegado de Arteach. Me dejó en Legazpi”. Allí empezó su carrera discográfica. El resto es historia.
Es mi público quien me paga el pan. Son mis mecenas”
El momento más emocionante llegó al recordar su madre. “La primera vez que me pidieron un autógrafo delante de ella, me dijo: ‘Niño, no seas mala follá, que eso es lo que me da de comer’”. Aquel día entendió que el público no era solo público:
“Son mis mecenas. Por eso siempre me he roto los cuernos por dar el mejor concierto posible. Siempre me he sentido uno más entre los que me escuchan”.
Entre regalo y regalo —una camiseta con calavera incluida—, Miguel Ríos sorprendió a Broncano recordándole que es doctor honoris causa por la Universidad de Granada y la de Elche. “No tengo la titulación en sí, terminé la primaria de aquella manera. Me dio vergüenza aceptar el premio, pero fue un honor muy grande”, confesó.
También se habló de Miguel Bosé. Ríos aseguró que el cantante “fue un gran naturalista, muy implicado con Greenpeace”. Y, en un intento por reclutarlo para el programa, lanzó un mensaje directo: “Miguel, querido: convéncete y ven aquí. Vuelve al redil”.
Como manda la tradición del programa, Broncano le lanzó la pregunta estrella sobre su vida sexual en el último mes. Miguel Ríos no esquivó el golpe, pero tiró de lírica y experiencia: “Es la única nostalgia que tengo de la vida. Todo lo demás es memoria, pero follar es nostalgia”, soltó entre risas. A los 80, el rock sigue en la sangre… aunque ahora con más poesía que movimiento de caderas.
No faltó el ritual: regalos al presentador, una taza estampada contra la pared y un dibujo en avión de papel lanzado desde el público. Miguel lo recogió encantado, y entre bromas con su sobrina nieta (fan de Broncano, no de él), se fue despidiendo. Pero no sin dejar una noticia importante:
El 3 de octubre arranca su próxima gira, acompañada de un nuevo disco titulado El último vals. “Es una canción de desamor”, matizó, dejando claro que aún queda Miguel Ríos para rato.