Raúl Cimas insinúa en 'La Revuelta' que podría estar vetado en 'El Hormiguero' tras haber bromeado sobre Pablo Motos: “No sé qué pasa, pero desde que vine aquí y conté cosas no he vuelto a tener noticias suyas”
¿En la lista negra?
El cómico bromeó con que no recibe llamadas desde hace tiempo del formato en el que solía aparecer, dejando entrever que su ausencia no es casual
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Una frase durante la entrevista alimentó la sospecha de que se cerraron puertas en la cadena
Las sospechas de que algo no va bien entre Raúl Cimas y El Hormiguero se colaron en su última visita a La Revuelta. En pleno directo, el cómico deslizó que no recibe llamadas del programa de Antena 3 desde que hizo comentarios en el formato de David Broncano.
La afirmación se entendió como un posible veto, aunque él lo abordó en tono humorístico, fiel a su estilo. La situación provocó que el asunto pasara de la broma a convertirse en uno de los momentos más comentados de su intervención.
Entre broma y broma...
Raúl Cimas insinúa que ya no recibe llamadas del programa de Pablo Motos
En la conversación con Broncano, Cimas introdujo el tema de manera espontánea. Explicó que tras hablar en el programa de TVE sobre algunos compañeros, nunca más le contactaron desde el espacio de Pablo Motos. Sus palabras fueron claras durante la charla: “No sé qué pasa, pero desde que vine aquí y conté cosas no he vuelto a tener noticias suyas”. Esa frase marcó el punto álgido de la entrevista, porque dejaba caer la idea de que se había cerrado la puerta a nuevas visitas.
El presentador, siempre dispuesto a tirar de ironía, le respondió con referencias a las bromas que el humorista había hecho tiempo atrás sobre Motos y otros colaboradores: “Claro, contaste que habías pegado una paliza a Pablo Motos y que te cargaste a El Monaguillo”.
Esa réplica dio pie a que Cimas rematara con más humor, aunque dejando en el aire que la relación con el programa de Antena 3 podría estar rota: “Los maté a todos. No dejé títere con cabeza. Aquí también lo hice”. Broncano incluso intentó suavizar la tensión apuntando que en algún momento le volverán a invitar.
Más allá de las carcajadas, la confesión del actor de Poquita Fe puso sobre la mesa un asunto incómodo: la ausencia de contacto con un espacio al que acudía en el pasado. Él mismo recordó que fue precisamente en La Revuelta donde hizo comentarios que quizá no sentaron bien y, desde entonces, nadie del equipo de El Hormiguero volvió a llamarle.
Ese escenario, planteado con ironía, dejó flotando la sensación de que los dos programas de la franja nocturna no solo compiten por audiencia, también por invitados. Y Cimas, con su estilo habitual, lo resumió con un comentario que sonó a que entre bambalinas hay más tensión de la que se admite en público.