Trump y la próxima pandemia: una conexión peligrosa

Tanto ecológica como genéticamente, el virus de la gripe aviar, altamente patogénico, está a un paso de adaptarse a los humanos. La amenaza de pandemia se cierne otra vez sobre el planeta, y lo más dramático es que la bomba de relojería la maneja Donald Trump.

Esta semana este diario contaba la honda preocupación de biólogos y virólogos ante la relajación de los controles y la vigilancia en las granjas avícolas y de vacas lecheras de Estados Unidos. Es lo que tiene que gobierne la nación más poderosa del globo un autócrata negacionista al que la ciencia y el pensamiento le molestan. Fíjense en cómo quiere cargarse Harvard. Es lo que ocurre también cuando quien dirige la sanidad norteamericana, Robert Kennedy jr., cree que lo hay que hacer con un virus como el H5N1 es “dejarlo fluir”. Suceden estas cosas cuando los votantes MAGA (Make America Great Again) viven en burbujas mediáticas creadas por X y la cadena Fox a base de relatos falsos.

El avance sin control de la gripe aviar en EE.UU. desata el temor de los virólogos

¿La consecuencia? Que el virus avanza sin control. Trump está desmantelando las políticas de Biden y ha abortado los planes para desarrollar la vacuna. La gripe aviar empezó por los pollos y de ahí a las vacas. El H5N1 exhibe una asombrosa capacidad para saltar de especie.

FILE PHOTO: Chickens are seen in a contaminate farm while workers from the Animal Protection Ministry prepare to cull them to contain an outbreak of bird flu, at a farm in the village of Modeste, Ivory Coast, August 14, 2015. REUTERS/Luc Gnago/File Photo

El virus de la gripe aviar daña gravemente el tejido cerebral de los animales infectados. 

Luc Gnago / Reuters

Y de Texas al mundo entero, que es global. El efecto mariposa que vimos con la covid se repite. Lo que sucede en Texas afecta a Camboya. Hay gran cantidad de brotes a diario en seis continentes, incluso en la Antártida, con una altísima letalidad en los ejemplares que infecta. Además de vacas, osos, ratones, leones marinos, alpacas, gatos, cabras, zorrinos, delfines, pumas, visones, zorros, hay algún cerdo... Es una tragedia para la biodiversidad. Su vasto alcance ha llevado a los expertos a hablar ya de panzootia, una pandemia animal de efectos devastadores.

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¿Del mundo animal al nuestro? Entra dentro de lo posible pues estamos comprando los números de la lotería. Ahora mismo el H5N1 está poco adaptado a nosotros pero nadie duda de que aprovechará cuantas oportunidades tenga para evolucionar e intercambiar segmentos genéticos. Muta con facilidad. Aprende rápido a infectar a huéspedes de múltiples especies, sobre todo mamíferos. Tic, tac, tic, tac: cuanta más carga viral en ambientes productivos y en cercanía con personas, más posibilidades de que emerjan variantes más infecciosas y agresivas para los humanos. Estamos a una sola mutación.

En los últimos 20 años, se han registrado 954 casos de infección humana por el virus de la gripe aviar A (H5N1) en 24 países. De estos, 464 fueron fatales (tasa de letalidad del 49%). Solo en 2024 se sumaron 76 casos, con un muerto que se sepa.

Dejémoslo fluir, claro, querido Trump.

Como dice el doctor Antoni Trilla, tenemos suerte de que este patógeno aún no ha dado con la llave que abra nuestra cerradura. Aunque todo puede cambiar en cualquier momento.

No tiene por qué ocurrir, pero no estaría de más ir preparándose. Por si acaso.

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