Elegir un máster se ha convertido en una decisión estratégica para quienes quieren impulsar su carrera, cambiar de sector o completar su perfil profesional. En un mercado laboral cada vez más exigente, donde las titulaciones universitarias ya no bastan para destacar, la formación de postgrado actúa como trampolín, pero también plantea preguntas clave: ¿Qué máster conviene más? ¿Qué buscan real mente las empresas? ¿Vale lo mismo uno que otro?
En un entorno laboral marcado por la transformación digital, la sostenibilidad y el envejecimiento de la población, los másters han ganado terreno como herramienta de especialización, mejora profesional y acceso a puestos de mayor responsabilidad. Sin embargo, su peso en el currículum varía según el sector, el tipo de puesto y el momento de la carrera en el que se curse.
Los sectores en auge, como la digitalización, el empleo verde y la salud, están reconfigurando la oferta y la demanda
Según Miriam Huertas, Senior Director de Page Personnel, los másters pueden dividirse en dos grandes bloques: los especializados y los generalistas. “Los primeros –explica– destacan por su componente técnico. Es el caso de los másters en acceso a la abogacía, asesoría y gestión tributaria (AGT), control de gestión o recursos humanos, siempre que incluyan competencias como People Analytics”. Los segundos, en cambio, suelen aportar una visión estratégica y una mayor capacidad de interlocución con equipos directivos, por lo que resultan útiles para quienes aspiran a cargos de dirección general.
Los másters en cifras
Más de 289.000 estudiantes cursan másters oficiales cada año en España, según el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El 50% de las ofertas de empleo para recién titulados valoran tener un máster, según VI Informe Spring Professional e Infoempleo sobre Empleabilidad y Postgrados.
Los másters en tecnología y finanzas presentan las mayores tasas de inserción, por encima del 85% en algunos casos.
Los salarios iniciales de quienes cursan un máster pueden ser entre un 20% y un 30% superiores a los de quienes solo tienen un grado, según estudios del INE.
Las soft skills (comunicación, liderazgo, resolución de problemas) son tan valoradas como los conocimientos técnicos, y algunos másteres ya las incorporan en su plan docente.
El 70% de las empresas valora que el máster tenga prácticas en compañías del sector o proyectos reales, según Randstad.
En esta línea, Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, sostiene que “el valor de un máster depende mucho de su aplicación práctica. Es clave que esté vinculado al ámbito profesional al que se dirige el candidato”. Según datos del informe Una vía para acceder al mercado laboral sobre el Estado del Mercado Laboral en España, elaborado por InfoJobs y Esa - de, el 58% de las vacantes para puestos directivos en 2024 exigían una titulación universitaria. En esos contextos, contar con un máster puede marcar la diferencia.
Sectores con más exigencia
Ambas expertas coinciden en que el más - ter es imprescindible en ciertas áreas. En el caso del derecho, por ejemplo, el Más - ter de Acceso a la Abogacía es obligatorio. También ocurre en fiscalidad y en posiciones de controlling dentro de multinacionales, donde el Máster en Control de Gestión aporta una especialización muy valorada. Por otro lado, en el ámbito sanitario, ingenierías, informática y telecomunicaciones, esta formación permite a los profesionales acceder a puestos avanzados o de gestión.
Pero los sectores en auge están reconfigurando también la oferta y la demanda de másters. “La digitalización, el empleo verde y la salud están generando nuevas necesidades”, apunta Pérez. La demanda crece en áreas como inteligencia artificial, programación, análisis de datos, ciberseguridad, sostenibilidad o energías renovables. También en ámbitos vinculados a los cuidados, como la geriatría o la fisioterapia.

En profesiones como abogado, el máster resulta un requisito imprescindible para poder ejercer
El máster, en estos casos, ya no solo responde a la necesidad de adquirir conocimientos, sino de adaptarse a un entorno cambiante. Por eso, como subraya Huertas, “también gana peso la formación en habilidades como la comunicación, el liderazgo o la empatía. Estas competencias pueden inclinar la balanza cuando dos perfiles son similares”.
Herramientas digitales
Hoy, un máster valorado por las empresas debe ir más allá del enfoque académico. Se aprecia especialmente cuando ofrece una formación práctica que el alumno pueda aplicar en su entorno laboral. “Las empresas valoran que los docentes tengan experiencia en el sector privado y aporten una visión realista del mercado”, señala Miriam Huertas.
También resulta clave que los programas incluyan herramientas digitales adaptadas a cada ámbito: desde Power BI en finanzas hasta análisis de datos en recursos humanos. “El componente digital ya no es un extra, sino una parte fundamental del contenido formativo”, añade.
Mónica Pérez incide además en el valor de la flexibilidad y la actualización constante. “El mercado cambia rápido. Los programas deben revisarse periódicamente y colaborar con empresas para ajustarse a las nuevas demandas. También se valora la proyección internacional, ya sea por el idioma o por la visión global del sector”.
Cambios en la formación
Las tendencias de contratación muestran un interés creciente por másters que combinan lo técnico con lo práctico, sin perder de vista las llamadas soft skills. Para muchos profesionales, cursar un máster puede suponer una vía para especializarse, cambiar de sector o mejorar su red de contactos. En otros casos, se convierte en una palanca para progresar internamente en la empresa.
En cualquier caso, como recuerda la directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, “las empresas no solo valoran la formación en un momento concreto, sino la capacidad de aprendizaje continuo a lo largo de la carrera profesional. La resiliencia, el pensamiento analítico o el trabajo en equipo ya se incluyen en muchas ofertas como requisitos explícitos”.
En definitiva, los másters siguen teniendo un papel relevante en la empleabilidad. Pero su verdadero impacto se mide por su adecuación a las necesidades del mercado y su capacidad para preparar a los profesionales para los desafíos reales del entorno laboral
Qué buscan las empresas: claves para acertar
La elección de un máster no debe basarse solo en el prestigio del centro o en el número de créditos. Las empresas buscan mucho más que una titulación adicional. Quieren ver cómo esa formación se traduce en valor real para el puesto que ofrecen.
Los programas que incorporan proyectos prácticos, casos reales y contacto directo con empresas generan más interés. El enfoque práctico permite al candidato adquirir experiencia aplicable desde el primer día. “La conexión entre máster y realidad empresarial es clave para su valor profesional”, coinciden las expertas de Infojobs y Page Personnel.
Otro aspecto determinante es la actualización de contenidos. Los programas que revisan sus temarios cada año, que introducen novedades tecnológicas o que se adaptan a los retos del sector ganan puntos. También se valora que el profesorado tenga experiencia directa en el mercado y no solo en la academia.
El componente digital resulta ya imprescindible. Desde el dominio de herramientas específicas hasta el uso de plataformas colaborativas o el análisis de datos, los conocimientos tecnológicos influyen en casi todos los sectores. El dominio del inglés o la orientación internacional del programa también pueden marcar la diferencia en procesos de selección globales. Además, las soft skills tienen un papel cada vez más destacado. Las empresas buscan personas capaces de trabajar en equipo, resol ver problemas, comunicarse eficazmente o liderar proyectos. Algunos másters ya incorporan módulos para entrenar estas competencias.
Contar con una red de contactos y acceso a procesos de selección exclusivos es un valor añadido que muchas escuelas ofrecen. Un máster con buenas prácticas profesionales, bolsa de empleo y conexión con empresas líderes puede convertirse en el trampolín hacia nuevas oportunidades.
Una vía para acceder al mercado laboral
Algunos másters destacan por abrir puertas laborales de forma casi inmediata. Son programas que responden directamente a las necesidades de sectores con alta demanda de talento especializado, en especial aquellos relacionados con la tecnología, las finanzas o los recursos humanos.
En el ámbito tecnológico, la programación, la inteligencia artificial, el análisis de datos o la ciberseguridad encabezan los rankings de empleabilidad. Las empresas buscan perfiles que dominen herramientas y lenguajes concretos, como Python, SQL o Power BI, y valoran que los másters ofrezcan casos reales, proyectos en equipo y prácticas en empresas punteras.
También crece la demanda en sostenibilidad y transición energética. Los másters en energías renovables, gestión ambiental o economía circular se han consolidado como opciones atractivas para ingenieros, arquitectos o economistas que quieren orientar su carrera hacia un sector con futuro.
En el ámbito empresarial, los másters en finanzas, fiscalidad y control de gestión siguen generando una alta empleabilidad, especialmente si incorporan conocimientos digitales. En recursos humanos, la tendencia apunta hacia másteres que incorporan People Analytics, diversidad e inclusión, o gestión del talento con perspectiva digital.
Por otro lado, los sectores tradicionales no han dejado de necesitar formación específica. El máster en acceso a la abogacía es obligatorio para ejercer, mientras que en sanidad destacan los másters en especialidades clínicas, gestión sanitaria o fisioterapia avanzada. En todos los casos, las salidas dependen también de la calidad del centro, el profesorado y el enfoque práctico del programa.