Qué incidencia tienen los másters en el mundo del trabajo

AULA. Másters y mercado laboral

Los estudios de tercer ciclo ganan terreno como herramienta de especialización, acceso a puestos de mayor responsabilidad y mejora profesional

Los másters permiten adquirir más y mejores conocimientos y adaptarse a un entorno siempre cambiante

Los másters permiten adquirir más y mejores conocimientos y adaptarse a un entorno siempre cambiante

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Elegir un máster se ha convertido en una decisión estratégica para quienes quieren impulsar su carrera, cambiar de sector o completar su perfil profesional. En un mercado laboral cada vez más exigente, donde las titulaciones universitarias ya no bastan para destacar, la formación de postgrado actúa como trampolín, pero también plantea preguntas clave: ¿Qué máster conviene más? ¿Qué buscan real mente las empresas? ¿Vale lo mismo uno que otro? 

En un entorno laboral marcado por la transformación digital, la sostenibilidad y el envejecimiento de la población, los másters han ganado terreno como herramienta de especialización, mejora profesional y acceso a puestos de mayor responsabilidad. Sin embargo, su peso en el currículum varía según el sector, el tipo de puesto y el momento de la carrera en el que se curse.

Los sectores en auge, como la digitalización, el empleo verde y la salud, están reconfigurando la oferta y la demanda

Según Miriam Huertas, Senior Director de Page Personnel, los másters pueden dividirse en dos grandes bloques: los especializados y los generalistas. “Los primeros –explica– destacan por su componente técnico. Es el caso de los másters en acceso a la abogacía, asesoría y gestión tributaria (AGT), control de gestión o recursos humanos, siempre que incluyan competencias como People Analytics”. Los segundos, en cambio, suelen aportar una visión estratégica y una mayor capacidad de interlocución con equipos directivos, por lo que resultan útiles para quienes aspiran a cargos de dirección general. 

En esta línea, Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, sostiene que “el valor de un máster depende mucho de su aplicación práctica. Es clave que esté vinculado al ámbito profesional al que se dirige el candidato”. Según datos del informe Una vía para acceder al mercado laboral sobre el Estado del Mercado Laboral en España, elaborado por InfoJobs y Esa - de, el 58% de las vacantes para puestos directivos en 2024 exigían una titulación universitaria. En esos contextos, contar con un máster puede marcar la diferencia.

Sectores con más exigencia

Ambas expertas coinciden en que el más - ter es imprescindible en ciertas áreas. En el caso del derecho, por ejemplo, el Más - ter de Acceso a la Abogacía es obligatorio. También ocurre en fiscalidad y en posiciones de controlling dentro de multinacionales, donde el Máster en Control de Gestión aporta una especialización muy valorada. Por otro lado, en el ámbito sanitario, ingenierías, informática y telecomunicaciones, esta formación permite a los profesionales acceder a puestos avanzados o de gestión. 

Pero los sectores en auge están reconfigurando también la oferta y la demanda de másters. “La digitalización, el empleo verde y la salud están generando nuevas necesidades”, apunta Pérez. La demanda crece en áreas como inteligencia artificial, programación, análisis de datos, ciberseguridad, sostenibilidad o energías renovables. También en ámbitos vinculados a los cuidados, como la geriatría o la fisioterapia. 

En profesiones como abogado, el máster resulta un requisito imprescindible para poder ejercer

En profesiones como abogado, el máster resulta un requisito imprescindible para poder ejercer

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El máster, en estos casos, ya no solo responde a la necesidad de adquirir conocimientos, sino de adaptarse a un entorno cambiante. Por eso, como subraya Huertas, “también gana peso la formación en habilidades como la comunicación, el liderazgo o la empatía. Estas competencias pueden inclinar la balanza cuando dos perfiles son similares”.

Herramientas digitales

Hoy, un máster valorado por las empresas debe ir más allá del enfoque académico. Se aprecia especialmente cuando ofrece una formación práctica que el alumno pueda aplicar en su entorno laboral. “Las empresas valoran que los docentes tengan experiencia en el sector privado y aporten una visión realista del mercado”, señala Miriam Huertas. 

También resulta clave que los programas incluyan herramientas digitales adaptadas a cada ámbito: desde Power BI en finanzas hasta análisis de datos en recursos humanos. “El componente digital ya no es un extra, sino una parte fundamental del contenido formativo”, añade.

Mónica Pérez incide además en el valor de la flexibilidad y la actualización constante. “El mercado cambia rápido. Los programas deben revisarse periódicamente y colaborar con empresas para ajustarse a las nuevas demandas. También se valora la proyección internacional, ya sea por el idioma o por la visión global del sector”. 

Cambios en la formación

Las tendencias de contratación muestran un interés creciente por másters que combinan lo técnico con lo práctico, sin perder de vista las llamadas soft skills. Para muchos profesionales, cursar un máster puede suponer una vía para especializarse, cambiar de sector o mejorar su red de contactos. En otros casos, se convierte en una palanca para progresar internamente en la empresa. 

En cualquier caso, como recuerda la directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, “las empresas no solo valoran la formación en un momento concreto, sino la capacidad de aprendizaje continuo a lo largo de la carrera profesional. La resiliencia, el pensamiento analítico o el trabajo en equipo ya se incluyen en muchas ofertas como requisitos explícitos”. 

En definitiva, los másters siguen teniendo un papel relevante en la empleabilidad. Pero su verdadero impacto se mide por su adecuación a las necesidades del mercado y su capacidad para preparar a los profesionales para los desafíos reales del entorno laboral

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