Buena parte de España se verá inmersa a partir de hoy en la primera ola de calor del verano, que podría durar hasta el miércoles. Una “cúpula de calor” (un persistente estancamiento de aire cálido) sobre la Península, Baleares y gran parte del suroeste de Europa abrasa territorio firme y calienta el mar. “La temperatura del agua del Mediterráneo está entre 2 y 3 grados por encima de lo que correspondería a esta época del año”, explica Santi Segalà, jefe del área de Predicció del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC). Esas temperaturas marinas que se están dando corresponderían a las de finales de julio.
El resultado serán temperaturas extremas, tanto de día como de noche, muy por encima de los 40ºC e, incluso, de los 43ºC en el valle del Guadalquivir. En numerosas ciudades del interior peninsular los termómetros llegarán a 39ºC y 41ºC.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lanzó este sábado un aviso especial de fenómenos adversos por ola de calor, que afectará especialmente al cuadrante suroccidental, valle del Ebro y depresiones del nordeste y avanzó que los días “álgidos” serán el domingo y, “en menor medida”, el lunes, si bien la situación se prolongará hasta el martes. Así lo precisó en un comunicado, en el que advirtió de que se esperan valores térmicos “anormalmente elevados y persistentes”, tanto diurnos como nocturnos.
“Estamos a las puertas de un episodio de calor extremo que marcará el cierre de un mes de junio histórico. Junio está destinado a convertirse en el más cálido de toda la serie, por delante de los de 2003 y 2017, que hasta ahora compartían ese récord”, explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El calor se extenderá al menos hasta el miércoles 2 de julio, aunque en zonas del centro, sur y noreste peninsular es probable que se prolongue aún más.
Aire varias jornadas estancado, prácticamente casi sin movimiento
La situación atmosférica está protagonizada por una “cúpula de calor” asfixiante. La “cúpula de calor” es una dorsal de aire cálido que normalmente viene acompañada de un episodio de altas temperaturas, en este caso una ola de calor. En superficie, se produce un anticiclón y en altura esa masa de aire cálido forma una especie de “cúpula” o “domo”; de ahí su nombre. Todo esto provoca que el aire esté varias jornadas estancado, prácticamente casi sin movimiento.
“Y si la masa de aire que ya es cálida se sitúa en una zona que está estancada, aún se recalienta más”, explica el meteorólogo José Miguel Viñas.
El efecto será un episodio de temperaturas cada vez más altas, con un punto culminante entre domingo y lunes. “Pero el resto de la semana mostrará una situación parecida”, añade.
Localmente incluso se puede llegar a los 44ºC
Además, el anticiclón va a abarcar el territorio peninsular, Baleares, parte de Canarias y parte del suroeste de Europa (desde el sur de Inglaterra hasta partes de Francia e Italia).
La prematura ola de calor dejará máximas superiores a los 42ºC y 43ºC en el valle del Guadalquivir (especialmente, en campiña cordobesa) y localmente incluso los 44ºC, con mínimas que medirán valores tropicales: por encima de los 25ºC en áreas del Mediterráneo y en partes del centro y sur peninsular.
A partir del domingo, además, se espera la llegada de polvo en suspensión procedente del norte de África, lo que podría dar lugar a episodios de calima que reducirán la calidad del aire.
Rubén del Campo ha matizado que, aunque el calor se notará en todo el país, “las temperaturas serán algo más suaves en el área cantábrica”, y comenzarán a bajar a partir del martes.
Protección Civil recomienda no salir de casa en las horas centrales del día e hidratarse a menudo
En Catalunya, la anunciada ola de calor se prolongaría “como mínimo hasta el martes de la semana que viene”, explica Santi Segalà, sin que pueda descartarse que dure hasta el miércoles. La ola de calor estará centrada sobre todo en las comarcas de Ponent y en las Terres de l’Ebre, donde entre este sábado y el domingo los valores máximos subirán hasta rozar o superar los 40ºC. Un segundo punto de máximas elevadas sería el triángulo de las comarcas del Empordà.
En el interior se medirán entre 34ºC y 39ºC, mientras que en el litoral las máximas se quedarán entre 30ºC y 34ºC.
Para el domingo, la alerta por calor rige también para la zona del litoral, donde se superaría el umbral de peligro.
Por ola de calor se entiende un período de al menos tres días en los que se supera el umbral de peligro, un indicador que es diferente según el territorio (en torno a los 40ºC en la zona de Ponent y entre los 33ºC y los 35ºC en el litoral).
El SMC también ha dado el primer aviso para esta noche del sábado al domingo por temperaturas máximas nocturnas. Ésta es una modalidad de alerta activada hace dos años.
Y Protección Civil ha activado este viernes el plan Procicat por el episodio de calor intenso y ha recomendado a la población que no salga de casa en las horas centrales del día y que procure hidratarse a menudo.
El punto culminante será entre domingo y lunes pero el resto de la semana mostrar un panorama parecido
Diversas partes de Europa, especialmente en Italia, están sometidas a las elevadas temperaturas mientras que Francia se enfrenta a elevados riesgos de incendio en el sureste. Todo ilustra la creciente frecuencia e intensificación de los periodos de temperaturas anormales. En Grecia, un violento incendio arrasó numerosos balnearios al sur de Atenas el jueves y provocó decenas de evacuaciones Los Balcanes también sufren su primera ola de calor del año.
Los tres efectos de las altas presiones
Cuando el aire se comprime y se calienta
“Cúpula de calor” o domo son expresiones que se popularizaron en 2021 a raíz de una intensa ola de calor que se produjo en el noroeste de Estados Unidos y suroeste de Canadá.
Básicamente, consiste en un sistema de altas presiones situadas en los niveles medios y altas de la troposfera. “Es lo que aquí siempre hemos llamado una dorsal de altas presiones”, explica Rubén del Campo.
Estas altas presiones comportan varias consecuencias que favorecen la llegada de una ola de calor. Una de ellas es que, como propicia la presencia de cielos despejados (porque esas presiones a niveles medios y altos impiden la formación de nube), se calienta mucho la superficie; “y más en estas fechas del año, cuando tenemos días con tantas horas de luz”, añade Del Campo.
Otro de los efectos es que impide una remoción efectiva del aire. Cuando se producen estas altas presiones no hay mucho viento, ni movimientos verticales del aire muy potentes ni tampoco movimientos horizontales, con lo cual este calor queda más retenido cerca de la superficie; no se da una distribución del calor y las temperaturas son más altas, explica el portavoz de la Aemet.
Y, en tercer lugar, esta situación produce un fenómeno que se llama subsidencia, de manera que el aire tiende a descender desde los niveles medios y altos de la troposfera hacia los niveles bajos, y en este descenso “el aire se comprime y se calienta”. Todo eso puede provocar una situación de ola de calor. Un matiz que distingue de alguna manera la cúpula de calor o domo de la dorsal anticiclónica es que “el primero suele estar más aislado de la circulación general de la atmósfera y, por lo tanto, puede ser una situación más persistente”, concluye Del Campo. “Pero los mecanismos que ambos provocan calor son muy similares”.
La primera es la más mortal
¡Cuidado! España se enfrenta a su primera ola de calor del verano, “la más peligrosa de todas porque el cuerpo aún no se ha habituado al aumento drástico de temperatura, con lo que se disparan tanto los ingresos hospitalarios como la mortalidad, especialmente de las personas más vulnerables”, indica Carmen Sánchez, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública ¿Por qué? Porque “hay mucha gente que no se ha enfrentado todavía a las temperaturas, el cuerpo no se ha aclimatado y no ha introducido en su rutina los hábitos de autoprotección, y eso es lo que hace principalmente que sea la más agresiva y la que tiene una mayor mortalidad”, señala el responsable del Observatorio de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero. Desde 2015, han muerto a causa de las temperaturas extremas casi 24.000 personas.