El verano ha empezado en España con incendios importantes. El más reciente ha sido esta segunda semana de julio en la comarca del Baix Ebre (Tarragona) con una afectación de más de 3.300 hectáreas de bosque y ha puesto en riesgo el Parque Natural de Els Ports, aunque el esfuerzo de los bomberos ha evitado un desastre mayor. Estos incendios han reabierto el debate sobre la gestión de los bosques que están abandonados porque no son rentables y porque la actividad agrícola y ganadera está en franca retirada.
Todos los expertos en materia de incendios alertan que la mejor prevención de los fuegos forestales debe pasar por un cambio en el mantenimiento de los bosques, “hay que gastar menos en camiones de bomberos y más dinero en gestión forestal”. Esta frase la recuerda Jordi Salbanyà, secretario del Consorcio Forestal de Catalunya, miembro del Consejo de Protección de la Naturaleza de la Generalitat y autor de la tesis doctoral “La conservación de los bosques por parte de los propietarios forestales”, en el vídeo que precede a este texto.
Salbanyà en conversación con el vicedirector de La Vanguardia, Enric Sierra, explica las iniciativas que se deberían impulsar para que los bosques abandonados dejen de ser un auténtico polvorín y sean pasto de las llamas. Este experto señala que las masas forestales han crecido un 42% en Europa y que en Catalunya ya supone el 64% de su territorio.
Las propuestas van desde impulsar ayudas para que los bosques vuelvan a ser rentables hasta la flexibilización de las normas que impiden actuar en la protección de la masa forestal, pasando por incentivar la recuperación de actividades agrícolas y ganaderas.