La Junta fuerza la dimisión de la consejera de Salud por el escándalo de la mamografías
Crisis sanitaria
La renuncia de Rocío Hernández se conoce el día en que una multitudinaria manifestación exige responsabilidades
La ya exconsejera Rocío Hernández atiende a la prensa
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, no ha resistido más la presión y la noche de este miércoles convocó de urgencia a la prensa en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, para anunciar la marcha fulminante de la consejera andaluza de Salud, Rocío Hernández, que se ha presentado como una dimisión. Mientras el presidente realizaba el anuncio, aún resonaban en la calle los gritos de “Bonilla, fuera de Sevilla”.
Una manifestación que desbordó todas las previsiones de las convocantes recorrió horas antes el centro de la capital andaluza para exigir responsabilidades políticas por los fallos y las dilaciones en el programa de cribado del cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Al menos, 2.000 mujeres se han visto afectadas por estos problemas, a las que se ha avisado con meses o años de retraso de que deben hacerse pruebas complementarias.
La cabecera de la manifestación
Los avisos han llegado cuando ya se han registrado varias muertes, según ha denunciado la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama), que destapó el caso y ha anunciado una demanda colectiva. La hasta ahora consejera Rocío Hernández se aferraba al cargo porque consideraba que “dimitir es lo fácil” y defendía que no se avisó antes a las afectadas para no causarles ansiedad. “Los que tienen ansiedad de verdad son ella y sus compañeros”, respondieron las portavoces de Amama.
La propia Junta reconoce que hay al menos 2.000 mujeres con pruebas de cáncer de mama dudosas. El Gobierno andaluz ya las ha comenzado a llamar una por una. La Consejería de Salud, que admite un “fallo de información”, aseguraba inicialmente que se trata de pacientes con “lesiones dudosas que en principio no revisten gravedad, pero que deben hacerse un seguimiento, siempre bajo criterio médico”.
Otro aspecto de la concentración
Afirmaciones así han exacerbado aún más los ánimos de las perjudicadas, muchas de las cuales han debido acudir a la sanidad privada ante la desatención que sintieron por parte del SAS y de la Junta. Ese malestar, que ha acabado provocando la marcha del Gobierno de la consejera, se reflejó en la manifestación. Varios miles de personas, en su mayoría mujeres, se manifestaron ante la sede del SAS en Sevilla para denunciar que sus vidas “no pueden esperar”.
La protesta se extendió a otras delegaciones de la consejería de Salud de capitales andaluzas, como Granada y Córdoba, y está previsto que se repita en los próximos días en Cádiz y Málaga, según las organizadoras, que vieron superadas con creces su fe en su poder de convocatoria. En la concentración se lanzaron peticiones de dimisión del presidente andaluz, Juanma Moreno, y de su consejera de Salud (las noticias aún no habían llegado) con consignas como “Menos cofradías, más mamografías”.
El adiós a la consejera
“Con sus errores y aciertos”
Moreno Bonilla ha asegurado después de anunciar que aceptaba la “dimisión” de su consejera que su gobierno acometería una renovación profunda del sistema sanitario. “Cambiaremos lo que haya que cambiar y lo que no funcione. La sanidad pública es la base de nuestro sistema”, ha afirmado. El presidente andaluz también destacó el esfuerzo que la Junta de Andalucía ha dedicado a este ámbito, pese a reconocer que los recursos aún deben ampliarse. Sobre la marcha de Rocío Hernández, Moreno Bonilla ha dicho que durante el último año “ha gestionado, como todos, con sus errores y aciertos, pero con honestidad y entrega fuera de toda duda”.
Otros carteles rezaban: “No son casos, son vidas” o “Tu gestión nos mata”. “La mala gestión, la mala praxis del Gobierno de la Junta de Andalucía, ha puesto en grave riesgo la vida de miles de mujeres. Estamos ante uno de los mayores escándalos y catástrofes de la sanidad pública andaluza”, dijo al término de la concentración Ángela Claverol, presidenta de Amama.
Esta activista se ha reunido esta misma semana con el viudo de una de las pacientes que ha muerto mientras esperaba los análisis del SAS. “Nuestro único partido es el personal sanitario. Son nuestros héroes, nos salvan la vida y los siguen culpando de todo”, ha continuado la presidenta de Amama, que ha acusado al Gobierno andaluz de no hacer lo suficiente para salvar la vida de las mujeres y de “dedicar más presupuesto a propaganda que a investigación”.