Es engañoso decir que hay más gamba que nunca, como afirma el conseller Ordeig

Fact-checking

El ecosistema marino en el Mediterráneo está en una situación frágil, sometido a numerosas y crecientes presiones tanto por la actividad humana como por el cambio climático o la contaminación

Gambas

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En una entrevista en El Món en RAC1 (Minuto 03:05) el pasado 13 de noviembre, el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, criticó las limitaciones europeas a los pescadores de arrastre catalanes, asegurando que los stocks de gamba en la costa catalana se han recuperado. Es ENGAÑOSO.

Es cierto que existen informes como las evaluaciones del Comité Científico, Técnico y Económico de Pesca de la Unión Europea (STEFC) o del Instituto Catalán de Investigación para la Gobernanza del Mar (ICATMAR) que apuntan a que la situación de algunos de los stocks podría haber mejorado en los últimos años. Desde ICATMAR confirman a Verificat que las evaluaciones de stocks del STECF “hablan de una sobreexplotación de la gamba roja”, pero el centro catalán utiliza datos y metodologías distintas y aseguran que algunos de sus modelos matemáticos apuntan a “una mejora de la biomasa” de esta especie. “Es estable y está dentro del rango más alto de la serie histórica desde 1995”, aseguran.

Sin embargo, los datos disponibles sobre los stocks de especies en el mar Mediterráneo son muy limitados y contemplan elevados grados de incertidumbre. Además, no puede considerarse que la situación sea estable ni que los stocks de peces y crustáceos estén en buen estado, según puntualizan desde el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en declaraciones a Verificat.

«Hay tanta gamba porque los stocks se han recuperado. […] Estamos pescando menos días porque hay más gamba que nunca [y en pocos días los pescadores ya han superado las cuotas de kilos de gamba que pueden pescar]»

Editorial Team

El Departament de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación ha compartido con Verifica los estudios sobre los stocks a los que hacía referencia el conseller Ordeig, “State of fisheries in Catalonia 2024” del ICATMAR. En estos, se analizan los stocks de cinco especies demersales (que viven en el fondo marino y se pescan con redes de arrastre, y entre ellas la gamba rosada, el langostino y la gamba roja y azul) y dos especies pelágicas (que viven más cerca de la superficie, como son la sardina).

Mientras que para la gamba rosada por lo general los modelos coinciden en estimar que los stocks están por encima de los puntos de referencia, la cigala tiene un estado deficiente y la gamba roja tiene unos niveles bajos pero estables. Sin embargo, el mismo estudio de los stocks admite que tiene varias limitaciones, al utilizar parámetros que dan a menudo imágenes y escenarios diferentes y aparentemente contradictorias para una misma especie, o que no se tienen en cuenta algunos factores ambientales relevantes como el aumento de temperatura o la salinidad del mar.

Precisamente, el informe señala que «los modelos de evaluación de stocks son herramientas útiles […], pero los responsables de la toma de decisiones deben evitar considerar los valores obtenidos como atributos incuestionables de los stocks debido a la incertidumbre de todos estos modelos».

Según el estudio de los stocks de la Dirección General de Asuntos Marítimos y de Pesca de la UE de este mes de junio, “en el Mediterráneo y en el mar Negro, el estado de las poblaciones está mejorando paulatinamente, y siete poblaciones han alcanzado niveles sostenibles”. Sin embargo, la mortalidad por pesca todavía es demasiado alta entre algunas poblaciones clave, y algunas especies muestran niveles de biomasa muy bajos (como la cigala o la merluza) o bajos (como la gamba roja, que a pesar de la recuperación de los últimos años todavía se encuentra por debajo del umbral ideal). «Es necesario un compromiso y unos esfuerzos continuos para permitir que las especies y los ecosistemas clave se recuperen completamente», señalan en el comunicado.

La frágil situación del ecosistema marino

Consultados por Verificat, los investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC Marta Coll y Miquel Ortega aseguran que el ecosistema marino en el Mediterráneo está en una situación frágil debido a las numerosas y crecientes presiones a las que está sometido, como las actividades humanas (como la pesca intensiva, el transporte marítimo, o el transporte marítimo, o el transporte marítimo) o la contaminación con residuos plásticos).

«Las evaluaciones actuales muestran que tanto el estado de los recursos marinos como los niveles de presiones ejercidas está en muchos casos lejos de lo que podría considerarse un buen estatus de conservación marino», explican.

Para hacer frente a esta situación, en 2019 se implementó un plan para la pesca demersal en España, siguiendo la normativa de Europa de 2019, que incluye algunas medidas como la reducción de días de pesca, cambios en las redes de arrastre, establecimiento de zonas de vallados, o incremento del número de días de vedas. Todavía es temprano para saber cuál es el impacto real de las medidas, pero desde el ICM-CSIC señalan que «parece que están empezando a dar unos primeros resultados y mejorando la situación de algunos de los stocks».

Sin embargo, esto no quiere decir que los stocks estén en estos momentos en buen estado, y mucho menos mejor que nunca. Coll y Ortega señalan que «muchos están todavía sobreexplotados o muestran unos valores de biomasa muy baja. Para hacer un paralelismo es como si una persona que está en la UCI y sube a planta, se dice que está sano; posiblemente está mejor, pero todavía queda un camino importante por recorrer»

La regulación de la pesca en Catalunya

La situación de la pesca es actualmente delicada. Según apuntan desde el ICM-CSIC, ha estado y sigue siendo muy intensa en Catalunya y ahora está en un proceso de transformación para tratar de ajustarse al ecosistema cambiante, como apunta este estudio del ICM-CSIC que plantea la necesidad de aplicar medidas a la pesca de arrastre para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible 14, «Conservar y usar de manera sostenible los océanos, mares y recursos marinos«.

Sin embargo, algunas de las medidas aplicadas tienen su contrapartida. Según el Informe de asesoramiento sobre pesca comercial para la GSA norte 6 (la región de la costa catalana) de ICATMAR, “en 2025, con la implementación firme del límite de capturas en el horizonte, la flota está cambiando de comportamiento y están apareciendo prácticas que no se habían observado antes dentro de la dinámica pesquera”.

Por ejemplo, en 2025 se descartan el 7% de las gambas rojas y azules capturadas, que representa un aumento pronunciado respecto a años anteriores. El estudio señala que esto «está claramente relacionado con la voluntad de no superar el límite de capturas, ya que en esta situación los pescadores prefieren quedarse solo los ejemplares grandes, de mejor precio, y descartar a los más pequeños».

Por otro lado, el informe también destaca que existen capturas diarias más elevadas cuando grandes barcos, originalmente destinados a la profundidad de alta mar, trabajan en zonas costeras. Por ejemplo, en 2024, estos barcos -que dedican el 80% o más de sus días anuales a la pesca de profundidad- «desembarcaron una media de 30 kg de merluza por día cuando pescaban en zona costera, mientras que el resto de la flota desembarcaba 20 kg en estos mismos fondos». «En resumen, el esfuerzo pesquero ejercido sobre los fondos costeros está aumentando a pesar de la limitación de días de pesca», señala el informe


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