¿Qué se ha dicho?
Que Catalunya tiene proyectadas 40 plantas de Bio-Aviation Fuel (BAF), un tipo de combustible sostenible para la aviación, pero que no se está construyendo ninguna.
¿Qué sabemos?
Que las 40 plantas están proyectadas en toda Europa, no sólo en Cataluña, y que no son de BAF, sino de otro tipo de combustible sostenible, el e-SAF, que es sintético.
Jéssica Albiach, presidenta de los Comuns en el Parlament, durante la sesión de control del miércoles 19 de noviembre, reprochó (minuto 21:30) al presidente Salvador Illa que en Catalunya no hay en construcción ninguna planta de combustible sostenible para la aviación «de las 40 que están proyectadas». Aseguraba, además, que esta realidad no sólo aplica a Catalunya, sino que no hay ninguna en construcción en toda Europa.
Es ENGAÑOSO. Si bien en Catalunya no hay evidencia de ninguna planta destinada íntegramente a producir combustibles sostenibles para aviación, tampoco hay 40 proyectadas. Esta cifra, según el departamento de prensa de los Comuns, se basa en el contenido de un artículo de Guyana Guardian, donde se menciona el proyecto de “cuarenta plantas de e-SAF en Europa”. El e-SAF es un subtipo de combustible sostenible para aviación sintético, diferente del biocombustible de aviación (BAF) mencionado por Albiach.
Según un estudio de T&E, un grupo de presión especializado en transporte y medio ambiente, lo que sí es cierto es que ninguno de los 40 proyectos europeos de este subtipo de fuel están en construcción. En España sí que existen, en cambio, plantas de otros tipos de combustibles de aviación sostenibles, y en Tarragona también se ha fabricado, aunque no hay ninguna planta exclusiva para esa producción.
«De las 40 plantas [de combustible Bio-Aviation Fuel, BAF] que están proyectadas en Catalunya, ni una sola planta está en construcción. No sólo en Catalunya, en toda Europa, no hay ni una en construcción»
¿Qué son el BAF, el SAF y el e-SAF?
La aviación internacional es responsable del 4% de las emisiones de CO₂ en la Unión Europea, según los datos de 2023 de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, es un sector difícil de electrificar, por las características técnicas de los aviones. Por tanto, para reducir emisiones y conseguir la neutralidad en carbono en 2050 (objetivos establecidos en el Pacto Verde Europeo), desde la UE se apuesta principalmente por el uso de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Hay tres tipos:
- Biocombustibles avanzados, producidos a partir de biomasa como desechos y residuos, entre los que se encuentra el Bio-Aviation Fuel (BAF) mencionado por Albiach.
- Combustibles de aviación sintéticos (e-SAF), producidos a partir de hidrógeno renovable, no de biomasa.
- Combustibles de aviación de carbono reciclado.
Para implementarlos y promover su producción, la UE ha diseñado reglamentos como ReFuelEU Aviation, que establece que la mezcla del producto disponible para los operadores aéreos de los aeropuertos de la UE debe contener un cierto porcentaje de este tipo de combustibles que llaman sostenibles. Fija el porcentaje de SAF mínimo en el 2% en 2025 y el 70% en 2050; y para el e-SAF en 0,7% en 2030, y 35% en 2050.
ReFuelEU afirma, también, que «estos combustibles de aviación generan emisiones de ciclo de vida más bajas que el queroseno fósil convencional» y que «el ahorro de emisiones durante el ciclo de vida oscila entre el 65% y el 100%», según el tipo de combustible. De todas formas, hay que tener en cuenta que aunque se establezca un equilibrio a nivel mundial, los biocombustibles sí generan contaminación a nivel local. Una cuestión que hemos analizado a fondo en ¿Son los biocombustibles realmente sostenibles?, el portal dedicado a verificar narrativas sobre los biocombustibles.
Una cuarentena de proyectos en Europa
El artículo de Guyana Guardian de donde, según el departamento de prensa de los Comuns, obtiene los datos Albiach, se basa en un informe de la Fundación Renovables que busca encontrar las opciones más competitivas económicamente a la hora de descarbonizar el sector de la aviación. La investigación no menciona las plantas de las que habla la diputada en su intervención en el Pleno. Sí que lo hace un estudio de T&E, un grupo de incidencia política especializado en transporte y medio ambiente en Europa.
Este documento destaca que Europa inició el liderazgo en el mercado del e-SAF gracias a haber puesto en marcha un marco normativo como el ReFuelEU, y que tendría capacidad para albergar «más de la mitad de la producción mundial» de este producto, con alrededor de «40 proyectos a gran escala» planificados, que podrían abastecer «aproximadamente el 5% del combustible que el sector de la aviación europeo necesita para operar». Lamenta, en cambio, que ninguna de estas plantas «están ni siquiera en construcción».
No hay plantas de SAF en Catalunya, en el resto de España sí
No existen evidencias de plantas construidas o en construcción en Catalunya para producir e-SAF, ni tampoco de proyectos de futuro. Verificat se ha puesto en contacto con el departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, que no ha dado respuesta, y tampoco hemos encontrado noticia o publicación alguna sobre proyectos SAF en el país.
Sí que existen, en cambio, plantas que producen otros tipos de SAF en el Estado. Repsol tiene una en Cartagena (Murcia), en funcionamiento desde 2024 y que, según un comunicado de la petrolera, fue la primera en toda la península Ibérica «completamente dedicada a la producción de combustibles renovables a escala industrial».
La compañía afirma que utiliza residuos como materia prima, entre ellos el aceite de cocina usado, y que el combustible resultante puede utilizarse “en aviones, barcos, autobuses, camiones o coches”. Incluso antes de tener esta planta, en 2021, Repsol fabricó combustibles sostenibles en su complejo industrial de Tarragona, planta que no está focalizada en este material. Con ello, Repsol ya suministró a Vueling y a Iberia su producto para realizar “el primer vuelo con combustible de origen sostenible”.
Existe, también, el proyecto de Moeve (antigua Cepsa) y Bio-Oils, en Palos de la Frontera (Huelva). Se empezó a construir en 2024 y, como afirma la página web de la petrolera, empezará a producir en 2026. Se define, además, como “la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (2G) del sur de Europa”.
Limitaciones a la hora de producir este combustible
La investigación de la Fundación Renovables menciona el e-SAF y el combustible Vuelos de Cero Emisiones (ZEF, por sus siglas en inglés) como opciones más viables económicamente que otros tipos de SAF. Concluye que el SAF tiene un potencial limitado por los problemas de escalabilidad, en concreto por la escasez de materias primas. Un obstáculo común en la mayoría de los biocombustibles, como analizamos aquí.
Como explica a Verificat Marcel Llavero-Pasquina, investigador del ICTA-UAB experto en combustibles fósiles y energías renovables, en el caso de Catalunya, «los residuos urbanos no pueden generar suficiente combustible para suministrar todos los vuelos que operan. Para reducir emisiones y evitar los peores efectos del cambio climático, se deben reducir los vuelos, pero también se debe reducir la generación de residuos urbanos».
Puesto que no existe suficiente materia prima, para cubrir la demanda, debe importarse. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Democrático, aunque la mayoría de las materias primas para producir HEFA (Hydroprocessed Esters and Fatty Acids), uno de los tipos de combustible para aviación que se elabora a partir de aceite de cocina usado (UCO, por sus siglas en inglés), provienen de España, en más de un 35% se importan de Indonesia.
Cómo detalla un informe de Ecodes, fundación que promueve la justicia climática, el HEFA «puede reducir las emisiones hasta un 85%», pero «la escasez de UCO crea problemas de fraude, escasez de materia prima y dependencia externa», y «el transporte desde regiones tan lejanas como Indonesia podría suponer una pérdida de más del 11% en la reducción de emisiones asociada al uso de HEFA”.

