La guerra abierta entre Musk y Trump tan solo acaba de empezar. En sus cuatro meses al mando del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el empresario ha tenido un acceso privilegiado al presidente, a su proceso de toma de decisiones, a datos sensibles de la Administración y de los estadounidenses, y a algunos de los secretos mejor guardados del republicano. Anoche, en un intercambio de disparos que comenzó en el despacho oval y siguió en las redes sociales propiedad de los dos empresarios –X y Truth Social–, Musk comenzó a desplegar parte de su arsenal.
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