El cáncer colorrectal representa actualmente una de las principales amenazas oncológicas en España. Según las estimaciones más recientes de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en lo que llevamos de 2025, se han diagnosticado aproximadamente 44.573 nuevos casos de cáncer de colon y recto, lo que lo sitúa como el tipo de cáncer más frecuente en la población española, si se consideran ambos sexos. Este tipo de tumor afecta principalmente a personas mayores de 50 años, aunque los casos en adultos jóvenes han ido en aumento en los últimos años.
Entre los factores de riesgo destacan la dieta rica en grasas y baja en fibra, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol y los antecedentes familiares. Pese a su alta incidencia, el cáncer de colon tiene un pronóstico favorable si se detecta en estadios iniciales, de ahí la importancia de los programas de cribado, como las pruebas de sangre oculta en heces y las colonoscopias.
Detectamos un tumor en el colon derecho que clasificamos como estadio 3P, lo que indicaba invasión a tejidos cercanos, pero sin metástasis

El cáncer de colon es uno de los que tienen más incidencia en España
María Luisa Gallego, paciente de 76 años, fue diagnosticada de cáncer colorrectal en enero de 2023, después de una analítica rutinaria con su reumatólogo. “No pensé nada. Me hice una citometría, como cada seis meses, y todo estaba bien. Pero en enero repetimos y ahí fue cuando me dijo: siéntate. Me preguntó si sangraba, si tenía heces con sangre o una hernia… Pero algo en mí lo sintió. Le pregunté directamente: ¿puede ser cáncer? Y me dijo sí”. En apenas 20 minutos ya había recibido la llamada del digestivo, quien confirmó el diagnóstico.
La doctora María Pi-Figueras, oncóloga del Hospital del Mar en Barcelona, fue quien coordinó el tratamiento. “En el caso de María Luisa detectamos un tumor en el colon derecho que clasificamos como estadio 3P, lo que indicaba invasión a tejidos cercanos, pero sin metástasis. A nivel molecular, presentaba una inestabilidad de microsatélites alta (MSI-High), una característica que implica una disfunción en los mecanismos de reparación del ADN y que puede condicionar el pronóstico y la respuesta al tratamiento”, explica. “También se detectó una mutación BRAF V600E, un hallazgo relevante para personalizar la terapia”.
Debido a su edad, fue evaluada por el comité geriátrico especializado. “A los 74 años no todos los pacientes pueden tolerar una quimioterapia estándar. En su caso, valoramos que tenía buena función general, por lo que se le propuso un tratamiento de quimioterapia doble que inició el 26 de abril de 2023”, añade la doctora.
“Me acuerdo que me dijeron: no te ha matado el cáncer, pero te acabará matando la quimio”, relata María Luisa. “Era demasiado fuerte para mi organismo. Llegué a pesar 45 kilos. Me dolía todo: las manos, los pies, vomitaba… Fue horroroso”. Era una mujer que no fumaba ni bebía, salvo “una copita de champán alguna vez en Francia con mi marido”, y no entendía qué había podido hacer mal. “Pero esto cae a quien cae”, dice.
Me acuerdo que me dijeron: no te ha matado el cáncer, pero te acabará matando la quimio. Era demasiado fuerte para mi organismo
Durante el tratamiento, María Luisa no solo luchaba por su vida, también cuidaba de su marido, de 95 años. “Para mí era muy importante cuidarlo. Él era una torre, y ahora está en silla de ruedas. No lo puedo dejar de lado, no puedo irme de vacaciones y dejarlo. Él no se desmonta nunca, es duro, pero el día que me fui al hospital, a las cinco de la mañana, se me agarró llorando. Le dije: oye Marius, no llores ahora, ayúdame, que no llego”.
La recuperación fue lenta. Había días en los que apenas podía sentarse sin notar los huesos clavarse en la silla del hospital. “Veía a los demás en quimio con la cara redondita, y yo me veía horrible. Un día le pregunté a la doctora y me dijo: ves los que están aquí, pero no los que están en casa o encamados en el hospital...”, recuerda.

María Luisa Gallego, paciente de 76 años de cáncer colorrectal, explica cómo fue el diagnóstico, tratamiento y recuperación.
En diciembre de ese mismo año, el día de su cumpleaños, le detectaron un melanoma en la cara. “Fue un shock, pero todo fue bien”, cuenta. También fue un momento duro cuando le comunicaron que su oncóloga se marchaba. “En enfermedades así, te agarras a una madera flotante, y yo me agarré a ella. Era una doctora joven, empática. Ahora pienso que si me volviera a pasar, no sé si tendría la misma fortaleza. Pienso que la tendré por narices, pero no lo sé”.
La doctora Pi-Figueras subraya que el seguimiento posterior es clave, especialmente en pacientes mayores. “En estos casos no solo evaluamos la evolución oncológica, sino también aspectos funcionales, nutricionales y cognitivos. Se hace un control de la fuerza física, se monitoriza la polifarmacia para evitar excesos en la medicación y se vigila el estado óseo y general del paciente”. En el último informe, en marzo de 2025, no había evidencia de recaída y los marcadores tumorales permanecían negativos.
No os dejéis ir. No penséis que esto se ha acabado. Agarraros
Desde entonces María Luisa es más consciente de la alimentación y nutrición que debe seguir. “Nada de fritos ni cosas con mucho azúcar”, dice. Y aunque no camina tanto como antes, sigue muy activa. “Ahora ando cuatro o cinco kilómetros cada día, y los viernes diez u once con una amiga”.
Cuando piensa en el cáncer, le viene a la mente una palabra: empatía. “Por favor, sean empáticos; en esa situación estás vulnerable, cansada, sensible. A veces estás de mal humor. Yo tengo una amiga que siempre la llevo a raya, y esos días fue ella la que me llevaba a raya. Me traía tuppers de todo y me obligaba a comer”. Y a quienes están ahora en tratamiento les manda un mensaje claro: “No te dejes ir. No pienses que esto se ha acabado. Agárrate. Da igual si ese cáncer es agresivo, que se puede. Hay que hacerse fuerte, confiar, tener ímpetu. Solo pensaba en salir adelante”.
Han pasado dos años desde entonces y María Luisa ya planifica el próximo cumpleaños de su marido. “Vamos a hacerlo como antes, en casa, con amigos. Comida francesa, que es de allí. Porque hay que celebrar la vida”.