Pedro Guillén (Archena, Murcia, 1938), sigue siendo una referencia indiscutible en la traumatología en España, con más de 36.000 artroscopias a sus espaldas. En 1996 realizó el primer implante de células vivas en una rodilla en España, en 2007 inventó la artroscopia sin cables (WAD) y en 2010 creó una técnica propia de implante de cartílago (ICC).
Por sus manos han pasado numerosos deportistas de élite, entre ellos Juan Carlos Valerón, Michel, Sanchís, Asenjo o José Mari Bakero. En 2016, él y su equipo firmaron un estudio que ha sido reconocido recientemente por la revista Cell como uno de los diez trabajos científicos más relevantes de la última década: demostraron que es posible revertir algunos signos del envejecimiento en tejidos animales sin efectos secundarios graves, lo que abre una vía prometedora para mejorar la salud y el bienestar en edades avanzadas.
En una entrevista en Longevity ofrecía sus reflexiones de salud articular, especialmente de rodilla, y repasamos sus principales consejos.
Lo más importante para cuidar las rodillas, con la edad
Para cuidar la salud de la rodilla en mayores, según Guillén, “lo más importante es evitar el sobrepeso y no cargar peso de más al caminar. También conviene evitar ejercicios que fuercen la articulación, como las sentadillas profundas. Y, tras caminatas largas, es esencial descansar. El cartílago articular es fino y carece de riego sanguíneo, pero si está sano, puede soportar más de 200.000 millones de pasos a lo largo de una vida sin lesionarse… siempre que no haya enfermedad ni traumatismo”.
Signos de mal envejecimiento de la rodilla
Las señales de alerta, según el doctor Guillén, son claras: derrame articular, pérdida progresiva de flexión o extensión, y ese cansancio o molestia que aparece al subir escaleras. “Es el cuerpo avisando de que algo empieza a fallar”.
¿Cuándo operarse de la rodilla?
Esta es una de las grandes preguntas que se plantean muchas personas cuando, llegada una determinada edad, la rodilla falla. ¿Operarse, o no? “La cirugía debe plantearse cuando hay dolor persistente, derrames articulares frecuentes y pérdida significativa de movilidad. Ni antes ni después”, seña el especialista.
Para Guillén, “quitar un menisco sano, por ejemplo, es lo que yo llamo un “meniscocidio”: una agresión innecesaria. Solo hay que operar cuando la molestia es mayor que el beneficio de conservarlo. Y hay que conservarlo siempre que valga más de lo que molesta. La clave está en no precipitarse… pero tampoco en llegar tarde”.
Solo hay que operar el menisco cuando la molestia es mayor que el beneficio de conservarlo
Las prótesis de rodilla o cadera han sido una revolución médica. “Pero deben usarse solo cuando fracasan medicación, infiltraciones y fisioterapia. También es lícito explorar procedimientos ortobiológicos, sin generar falsas esperanza”, añade el doctor.