“El último tramo fue el mayor desafío al que me he enfrentado, estaba cansada y con hipotermia, pero la edad no es un obstáculo para los retos”: nadar 70 kilómetros en 7 días, a los 70 años
‘Después de los 60’
La atleta máster brasileña Fabienne Guttin se propuso un reto mayúsculo para el día que llegara a la setentena: nadar 10 kilómetros al día durante una semana en aguas abiertas
“Quería mostrar que los sueños no tienen edad y que nunca es tarde para iniciar una actividad física; no importa si tienes 70 años o más, todavía es hora de desafiar tus propios límites con tu experiencia y autenticidad”, reivindica
Fabienne nadando en aguas abiertas.
Esta es la 65a entrega de ‘Después de los 60’, la sección de testimonios sénior donde recogemos experiencias vitales en esta etapa de la vida. Nos puedes hacer llegar tu historia a seniors@lavanguardia.es.
En el imaginario colectivo, 70 kilómetros no parecen ser un lapso espacial imposible: es lo que hay de Madrid a Segovia o de la ciudad de Blanes —donde empieza la Costa Brava— a Barcelona, por poner tan solo dos ejemplos. Se trata de viajes que pueden hacerse perfectamente en una hora aproximada de coche y que no implican un gran esfuerzo ni logístico ni de tiempo, por lo que es una distancia que se puede relativizar perfectamente. ¿Pero qué pasa si trasladamos los mismos kilómetros al mar, cambiamos el motor por la fuerza de nuestros brazos y acabamos de superar la setentena?
Eso es algo que Fabienne Guttin puede responder sin dilaciones, porque en su cuerpo guarda el recuerdo de haber cumplido esta meta a lo grande: nadó 10 kilómetros al día durante 7 días seguidos, completando los 70 kilómetros en una semana, y lo hizo recién cumplidos los 70 años. “En los últimos años, he respirado el propósito de llevar el deporte a la gente; aportar movimiento, salud y calidad de vida para mostrar que el deporte retrasa las consecuencias del envejecimiento y la pérdida de autonomía”, explica a La Vanguardia esta atleta maestro —tal como define el investigador Romuald Lepers a una persona mayor de 40 que entrena regularme y participa en competiciones—.
Pero lo cierto es que su objetivo no fue un arrebato, porque la pasión y el compromiso con el deporte le venía de mucho antes. Traductora de profesión, siempre había practicado actividad física, pero fue en la categoría máster que logró excelentes resultados en piscina, así como récords brasileños, sudamericanos y panamericanos, y ganó el evento de 100 metros en estilo libre en un campeonato mundial en los Juegos Mundiales Másters. Y, para más inri, durante 20 años ha figurado entre las diez mejores atletas máster a nivel mundial, según la FINA (Federación Internacional de Natación), por lo que lo suyo era mucho más que un capricho.
Además, realizando esta proeza, Fabienne no solo quería cumplir un reto deportivo, sino dar visibilidad a los atletas másters y romper con el edadismo. “Quería mostrar que los sueños no tienen edad y que nunca es tarde para iniciar una actividad física, así como demostrar que el deporte longevo existe y es de excelente calidad”, sostiene. “La edad no es un obstáculo para los objetivos deportivos”.
Quería mostrar que los sueños no tienen edad y que nunca es tarde para iniciar una actividad física, la edad no es un obstáculo para los objetivos deportivos
Fabienne junto a su entrenadora, Bia.
Para ello, empezó a entrenar en febrero del 2024 e inició toda una preparación física y mental, tomando plena conciencia de su objetivo. Por ejemplo, un instituto sin ánimo de lucro de São Paulo la incluyó en un programa, donde le realizaron pruebas para evaluar su estado y su progresión. “No había parámetros porque no había ninguna mujer de mi edad que se hubiera hecho estas pruebas”, cuenta. También pasó por la cinta para hacerse una prueba de esfuerzo y medir la capacidad del corazón y los pulmones, o miró su volumen de oxígeno: en total, 41 pruebas de laboratorio —dos veces— para calificar su salud.
El entrenamiento para el reto 70/7 (70 kilómetros en 7 días) duró 14 meses, en los que nadó una media de 5 kilómetros al día entre cinco y seis veces a la semana, haciendo una media mensual de entre 100 y 140 kilómetros. Aparte, realizó otros desafíos mensuales y varias simulaciones. Sin embargo, cuando llevaba casi un año preparándose, empezó a sentir molestias en el codo izquierdo y le diagnosticaron una epicondilitis, una inflamación que se produce por un uso excesivo de los músculos y tendones. “Dejé de entrenar durante 15 días y suspendí el entreno en el gimnasio, me infiltré con ácido hialurónico y reduje el dolor, pero lejos de desaparecer, empeoró”.
Pero Fabienne no tenía en mente rendirse, y tras tratarse con fisioterapia, aplicarse hielo diariamente o usar parches, llegó el día. Incluso la noche antes tuvo que inyectarse medicación para combatir la inflamación. Pero el día marcado en el calendario llegó. Era el día que cumplía 70 años, el 21 de mayo del 2025, y se lanzó al mar dispuesta a todo.
El primer día llegó a su objetivo en casi 3 horas, nadando sola en la ciudad de Ubatuba, en la costa norte del estado de São Paulo. El segundo la acompañaron un amigo y su nutricionista, y al siguiente otro colega, salvo que en esta ocasión tuvo que trasladarse a la piscina; el mar estaba agitado con olas de hasta 3 metros y enfrentarse a ese embate no era una opción. “Nadar 10 kilómetros en una piscina de 25 metros es agotador, la mente tiene que ser muy fuerte; paré cinco veces para la suplementación, e hice 395 vueltas”, recuerda.
Historias séniors
‘Después de los 60’
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Continuó en la piscina el cuarto día, aunque el quinto volvió a lanzarse al mar. El sexto, con la mirada puesta en la meta, fue el día más duro. El agua estaba muy fría y hubo consecuencias. “No usé neopreno porque el traje me molestaba, y en el noveno kilómetro comencé a darme cuenta de que perdía el sentido de la orientación y que mi coordinación estaba comprometida”, dice. Se vio obligada a parar en un lugar donde la temperatura era más elevada y así terminó los 500 metros que le faltaban, aunque la hipotermia evolucionó.
“Cuando llegué a la playa todavía coordinaba mal; era una playa de pescadores, donde guardan el material, y ellos me ofrecieron una ducha caliente y una toalla seca para recuperarme del temblor; al rato me vestí con la ayuda de mi entrenador y me senté en el coche, con el aire caliente durante unos 20 minutos”, explica. “Tuve suerte de encontrarlos, de lo contrario, me hubieran enviado al hospital”.
Nadar los últimos 10 kilómetros fue el mayor desafío al que me he enfrentado, estaba cansada y con hipotermia
La brasileña tomaba suplementación durante el reto.
Finalmente, Fabienne llegó a su último día de travesía. Tras un sexto día complicado, le recomendaron que no nadara en el mar, por lo que volvió a meterse en la piscina para acabar de cumplir su sueño. “Nadar los últimos 10 kilómetros fue el mayor desafío al que me he enfrentado, estaba cansada y con hipotermia”, dice, pero terminó: realizó los 70 kilómetros con sus 70 años recién estrenados, superando todas las adversidades. “Sentí una mezcla de alegría y alivio; alegría por haber logrado algo por lo que llevaba más de un año luchando, y alivio por dejar atrás el estrés generado por las dificultades financieras, ya que la falta de apoyo fue enorme, y eso me cansó mucho mentalmente”.
Y es que esta brasileña lo consiguió gracias al espíritu de amigos y profesionales que participaron de forma altruista, y denuncia que no encontró ningún patrocinio para realizar el reto, algo que estuvo buscando durante los 14 meses que duró su entreno. “Hice un kit de medios con una carta personalizada, busqué a grandes empresas, envié solicitudes a grandes compañías farmacéuticas, compañías de seguro, marcas de suplementos o bancos, pero terminó en fracaso”. Algo que, además, atañe al estigma. “El prejuicio sigue siendo enorme, y en este caso, vino en un paquete de tres: mujer, atleta y madura”.
Sí que logró publicidad, logrando que los principales medios de Brasil la entrevistaran para difundir el proyecto y otros tipos de iniciativas, como el lanzamiento del libro Mujeres Maestras en el Deporte, del que fue coordinadora y coautora. En ese sentido, Fabienne también busca que su reto sirva para recopilar información sobre la recuperación física y para encontrar subsidios que apoyen la investigación académica sobre este tipo de atletas en Brasil.
“Hoy el país tiene más de 57 millones de habitantes de 50 años o más, la base de la pirámide se está encogiendo, y los atletas másters son creadores de opinión, ya que son evidencia de que la salud y la longevidad pasan necesariamente por la práctica de deporte”. Y concluye: “Aprendí que envejecer no trata de detenerse, sino de resignificar; no importa si tienes 70 años o más, todavía es hora de desafiar tus propios límites con tu experiencia y autenticidad, porque todos podemos decidir cómo queremos vivir nuestro camino hacia la vejez”.