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“Es fundamental mantener el ritmo circadiano; a partir de cierta edad, salir con los amigos hasta las 5 de la mañana te puede provocar serios problemas de salud”: 3 lecciones del bioquímico Jesús Ávila sobre el envejecimiento cerebral

Longevity

Aunque jubilado desde hace tres años, Ávila sigue vinculado al CSIC como profesor ad honorem e investiga con su grupo en la reprogramación celular en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC)

Jesús Ávila, investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO, CSIC-UAM)

CBMSO-CSIC-UAM

“Si frenas el envejecimiento del cerebro, probablemente frenas el del resto del cuerpo”. Así de contundente se muestra Jesús Ávila (Madrid, 1945), referente mundial en la investigación del alzheimer, formado en España y Estados Unidos. “El cerebro consume el 20% de la energía del cuerpo, aunque representa solo el 2% de su volumen. Con el envejecimiento, el cerebro empieza a consumir más energía que el resto del organismo, y eso genera problemas tanto neurodegenerativos como periféricos”, cuenta a La Vanguardia.

El trabajo de este científico ha sido clave para comprender el papel de las proteínas Tau en la degeneración neuronal. Ahora, aunque jubilado desde hace tres años, sigue vinculado al CSIC como profesor ad honorem. También investiga con su grupo en la reprogramación celular en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC). 

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Ávila ofrece a los lectores de Longevity cuatro ideas clave sobre el alzheimer, el deterioro cognitivo y el deterioro cerebral. 

El estilo de vida importa tanto como la genética

Aunque ya sabemos que la genética solo es una parte —minoritaria de nuestro envejecimiento—, Ávila incide en ello. “El cerebro no está en una caja aislada. Lo que comemos, el ejercicio, el sueño, las relaciones sociales, todo se refleja en su funcionamiento. Un mal modo de vida acelera el envejecimiento cerebral. También es importante disfrutar la vida sin estrés y sin competitividad tóxica. Y tratar de dormir lo necesario, siempre”, señala. 

Sobre el descanso, además, el bioquímico añade una idea destacada sobre los ritmos del descanso, y las horas a las que lo hacemos. “Además de evitar beber o fumar, es fundamental que el ritmo circadiano se mantenga. Por ejemplo, a partir de cierta edad, si dices: ‘voy a salir con los amigos y me voy a acostar a las 5 de la mañana’, eso te perjudica y puede provocar serios problemas de salud. Puedes divertirte igual a las 3 o a las 5 de la tarde. Romper el ritmo circadiano por socializar es innecesario: puedes pasar tiempo con tus amigos, pero de manera que no afecte tu salud ni tu descanso”.

Es fundamental que el ritmo circadiano se mantenga. Por ejemplo, a partir de cierta edad, si dices: ‘voy a salir con los amigos y me voy a acostar a las 5 de la mañana’, eso te perjudica 

Jesús Ávila

Se puede entrenar el cerebro

Como cualquier músculo, el cerebro se puede —y se debe— entrenar. “Aprender cosas nuevas, leer, tocar un instrumento, conversar, resolver problemas… todo eso crea nuevas conexiones neuronales. No evita la enfermedad, pero sí puede retrasar sus efectos. Cuanto más activo esté tu cerebro, más resistente será”.

¿Y cómo afectan las emociones? Importan, y mucho. “A veces hablamos del cerebro como si fuera solo biología, pero está profundamente ligado a las emociones. El estrés crónico, la tristeza o el aislamiento pueden afectar a mantener joven al cerebro. Por eso siempre insisto en el valor de mantener una vida social activa y cuidar la salud mental tanto como la física”. 

Aprender cosas nuevas, leer, tocar un instrumento, conversar, resolver problemas… todo eso crea nuevas conexiones neuronales

Jesús Ávila
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Ante el deterioro cognitivo, al neurólogo

Cuando aparecen los primeros síntomas de deterioro cerebral, lo primero es ir al médico. “Lo primero es acudir a un neurólogo. Hoy también hay test de sangre que permiten detectar los niveles de proteínas como TAU fosforilada, y saber si ya hay un problema en marcha. A partir de ahí, se puede intentar reducir factores de riesgo como el estrés, incluso escuchar buena música, leer libros, todo lo que estimule el cerebro”, explica el especialista. 

Hay otros pasos y tipos de tratamiento, por supuesto. “Después están las estrategias farmacológicas y de reprogramación celular, que incluyen péptidos que atraviesan la barrera hematoencefálica y activan factores de rejuvenecimiento. También se están utilizando senolíticos para eliminar células senescentes, esas que no funcionan y afectan tóxicamente a su entorno”, cuenta Ávila.