Uno de los momentos más emocionantes durante la crianza de los hijos suele producirse entre los 9 y los 12 meses, cuando los bebés dan sus primeros pasos. Hay niños que tardan más o menos, ya que es muy común que no los den hasta los 16 o 17 meses, y algunos se saltan la fase de gatear para directamente comenzar a andar. Esto implica un antes y un después en su desarrollo, puesto que empezarán a ser más independientes y a explorar nuevas habilidades. En lo que se refiere a los padres, este punto clave de su crecimiento también implicará llevar a cabo una serie de cambios, por ejemplo, el hecho de asegurarse de que la casa sea un entorno seguro para el niño. O plantearse la opción de un andador.
Los andadores para bebés son una especie de sillitas de estructura rígida y equipadas con ruedas que los padres suelen proporcionar a sus hijos para que aprendan a andar. Sin embargo, teniendo en cuenta la importancia de los primeros pasos de los bebés, hacer uso de los mismos debería ser un tema sobre el que reflexionar de forma meditada. Aunque tradicionalmente se han empleado con el objetivo de hacerles a los niños más fácil la tarea de este aprendizaje, en los últimos tiempos se han ganado muchos detractores dentro de la comunidad médica. De hecho, los andadores representan uno de los temas más controversiales en lo que se refiere a la crianza de los bebés. ¿El principal motivo? Los accidentes domésticos.
Las ventajas y las desventajas del uso del andador
En un estudio realizado por la Asociación Española de Pediatría, en el que se realizaron 204 encuestas a familiares de niños de entre 3 y 24 meses, se determinó que el 42,6% contaban con un andador y que el 46,7% de los bebés lo usaban a diario durante una media de 2,5 horas. Cuando se les preguntó acerca de cuáles eran las ventajas de los andadores según su punto de vista, el 46,5% de los encuestados contestó “ninguna”. Otras respuestas fueron la sensación de seguridad (34,2%), el entretenimiento que suponía para los niños (12,9%) y la facilidad que les brindaba durante el inicio de la marcha (12,9%). Y ¿cuál es la opinión de los expertos? La mayoría se muestra tajante a la hora de desaconsejar su uso. Por un lado, porque no está demostrado que cumplan su función de ayudarles a aprender a andar y, todavía más importante, por el riesgo de sufrir accidentes.
La fisioterapeuta Marta Saeta explica que los accidentes infantiles derivados del uso del andador son una de las causas más frecuentes de lesiones durante el segundo semestre de vida. Las caídas por las escaleras, las quemaduras, las intoxicaciones, los desplomes y el atrapamiento de los dedos son los incidentes más habituales.


