Aunque el desarrollo motor dependerá en gran medida de cada niño, en torno al primer año de vida es cuando comienzan a ser capaces de sostenerse en pie apoyándose en un objeto, así como a dar sus primeros pasos, tal y como recoge el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Cuando llega esta etapa, es común que los padres o cualquier otro adulto presente en la vida del niño pongan en práctica un gesto común que pasa de generación en generación con el objetivo de alentar al pequeño para que aprenda a caminar: sostenerlo con los brazos en alto y acompañarlo en esos primeros pasos, tan torpes como tiernos.
Sin embargo, aunque se trata de una acción bienintencionada, creyendo que así se le da soporte, ánimo, seguridad y protección al niño, lo cierto es que puede resultar perjudicial, según advierten los especialistas.
El gesto que conviene evitar para ayudar a un bebé a que aprenda a caminar
La podóloga infantil Neus Moya ha publicado un vídeo en su perfil de la red social Instagram (@neusmoya.podologa, con 630 mil seguidores) un vídeo donde desaconseja recurrir a coger al bebé de las manos para ayudarlo a caminar.
“Un simple gesto como este puede afectar más negativamente de lo que pensamos”, advierte la experta, indicando que esto no permite que el bebé desarrolle las habilidades motoras necesarias, como el equilibrio, la fuerza y la coordinación, de manera autónoma y progresiva.
Pero, además, la podóloga subraya que esta práctica “puede favorecer una marcha en puntillas”, porque al cogerlo por los brazos y dada la diferencia de altura, “no ponen el peso correctamente en la planta del pie, esto hace que no distribuya bien la carga corporal ni aprenda a usar toda la planta del pie al caminar, desarrollando así un patrón incorrecto”, en palabras de la podóloga. “Es mejor que el bebé explore el entorno de manera autónoma, dejándolo caminar cuando esté preparado”, insiste Neus Moya.
En esta cuestión también ha ahondado la pediatra Mar López en Instagram (@marlopez_pediatra, con 537 mil seguidores). Asegura que el bebé aprenderá por sí solo a caminar, del mismo modo que aprenden solos a voltearse cuando están tumbados y a gatear.
“Coger de las manos a un bebé para que camine puede producir alteraciones en sus piernas, en sus pies y en su espalda, porque estás colocando en vertical un cuerpo que no está preparado para estar en esta postura”, expone la pediatra.
En este sentido, tampoco recomienda elementos como los correpasillos, taca-taca o carritos andadores, ya que “adelantan la base de sustentación y el bebé se apoya más hacia adelante”. Estos soportes también pueden provocar que el bebé tarde más tiempo en caminar, “porque no sabe caminar apoyando todo su peso debajo de sus piernas y no hacia adelante”, concluye Mar López.


