A las mujeres les basta con la mitad de actividad física que a los hombres para obtener los mismos beneficios para el corazón, según una investigación que ha analizado datos de más de 85.000 personas del Reino Unido a lo largo de ocho años. Los resultados demuestran que las recomendaciones actuales de actividad física de las asociaciones médicas, que son iguales para ambos sexos, deben actualizarse teniendo en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres, señalan los investigadores.
Para mujeres con una media de edad de 61 años sin antecedentes de enfermedades coronarias, 250 minutos semanales de actividad física moderada o intensa (35 minutos diarios o aproximadamente una hora cuatro veces por semana) han reducido un 30% el riesgo de sufrir un infarto o una angina de pecho en los ocho años siguientes. Para hombres, han sido necesarios 530 minutos semanales (una hora y cuarto diaria) para obtener un beneficio equivalente.
Las actividades físicas consideradas moderadas incluyen caminar a paso rápido, ir despacio en bicicleta o hacer jardinería. Se consideran actividades físicas intensas correr, pedalear rápido o hacer montañismo.
El ejercicio ofrece el mismo beneficio con 250 minutos semanales en mujeres y 530 minutos en hombres
La Sociedad Europea de Cardiología, la Asociación Americana del Corazón y la Organización Mundial de la Salud recomiendan actualmente 150 minutos semanales de actividad física moderada o intensa (unos veinte minutos diarios) sin distinguir entre sexos, señalan los autores de la investigación.
Según los resultados que se presentan hoy en Nature Cardiovascular Research, este nivel de actividad física tiene un efecto cardioprotector significativamente mayor en mujeres (en las que se reduce un 22% el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria) que en hombres (17%).
Para personas que ya tienen antecedentes de infarto o angina de pecho, el efecto protector de la actividad física también es mayor en mujeres que en hombres. Concretamente, entre las personas que llegaban a los 150 minutos semanales recomendados de ejercicio, el porcentaje de muertes fue del 1,76% entres las mujeres y del 9,38% entre los hombres.
La investigación ha estado liderada por científicos del Instituto de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Xiamen (China) que han analizado datos del proyecto UK Biobank. Iniciado en 2006, el UK Biobank ha registrado datos de cientos de miles de voluntarios del Reino Unido y los ha puesto a disposición de investigadores de todo el mundo con el objetivo de estudiar la influencia de los estilos de vida y otros factores ambientales en el desarrollo de enfermedades.
Los nuevos resultados van en la misma línea que los de un estudio anterior de más de 400.000 adultos de Estados Unidos que detectó que las mujeres obtienen un beneficio máximo para la salud cardiovascular con 140 minutos semanales de actividad física moderada o intensa, mientras que los hombres necesitan 300 minutos semanales para alcanzar el beneficio máximo.
El estudio de Estados Unidos, publicado el año pasado en JACC, tenía la limitación de que la actividad física se había evaluado a partir de cuestionarios y las respuestas podían no reflejar con precisión la realidad. En la población del Reino Unido, la actividad física se ha evaluado mediante acelerómetros que los participantes llevaban en la muñeca, por lo que el nivel de precisión es mayor.
“Nuestros resultados tienen el potencial de animar a las mujeres a practicar actividad física”, señalan los investigadores
Estos estudios no aclaran el motivo por el que la actividad física tiene un efecto cardioprotector mayor en mujeres que en hombres. Los investigadores de la Universidad de Xiamen proponen, como hipótesis, que las hormonas sexuales pueden influir en el efecto protector de la actividad física. Como hipótesis complementaria, apuntan que las mujeres tienen una proporción más alta de fibras musculares de tipo I, de contracción lenta, que utilizan el oxígeno como fuente de energía principal. Los hombres, por el contrario, suelen tener una proporción más alta de fibras de tipo II, de contracción rápida, que utilizan más la glucosa como combustible.
Independientemente de cuál sea el motivo, los resultados muestran que las mujeres se benefician de la actividad física con niveles de ejercicio inferiores a los de los hombres. Los autores de la investigación recuerdan que los niveles de actividad física son más bajos en la población femenina que en la masculina y que hay un porcentaje más alto de mujeres que de hombres que no llegan a los niveles mínimos recomendados. “Nuestros resultados -escriben- tienen el potencial de animar a las mujeres a practicar actividad física”.
“Es hora de incorporar estrategias específicas para cada sexo en las recomendaciones y desarrollar intervenciones a medida para optimizar la salud cardiovascular para las mujeres”, sostiene Emily Lau, del hospital General de Massachusetts, en un artículo editorial en Nature Cardiovascular Research.
“Sabemos desde hace tiempo que las enfermedades cardiovasculares se manifiestan de manera diferente en hombres y en mujeres”, declaró recientemente en una conversación con Guyana Guardian el cardiólogo Valentín Fuster, cardiólogo del hospital Mount Sinai en Nueva York y director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid. Según Fuster, es necesario “un abordaje diferenciado por sexos para la enfermedad cardiovascular”.

