El ingenio de un joven escritor británico puso en evidencia hasta qué punto la percepción puede superar a la realidad. Oobah Butler, colaborador de la revista Vice, ideó un experimento que parecía imposible: crear un restaurante ficticio en TripAdvisor, sin local, sin menú y sin un solo cliente. El resultado fue tan sorprendente como polémico: en apenas seis meses, su invento alcanzó el puesto número uno en la capital británica, por encima de más de 18.000 establecimientos reales.
Butler bautizó su proyecto como The Shed at Dulwich (El Cobertizo de Dulwich). La elección del nombre no era casual: se trataba, literalmente, de su propio cobertizo en el jardín. Para darle un aire de exclusividad, lo registró en TripAdvisor como un restaurante “solo con cita previa” y con una dirección imprecisa. Compró un teléfono de prepago para atender llamadas y empezó a tejer la ficción.
Lo siguiente fue crear un menú inexistente, pero con un giro creativo. Usando espuma de afeitar como si fuera nata montada, hierbas del patio y hasta su propio pie disfrazado de carne, montó fotografías que parecían auténticos platos de alta cocina. La estrategia se completó con reseñas escritas por amigos, que hablaban de cenas mágicas al aire libre y de un ambiente íntimo y exclusivo.
La maquinaria de la percepción hizo el resto. Las opiniones falsas impulsaron poco a poco el ranking del supuesto restaurante: primero al top 1.500, luego al 300, hasta que, medio año después, The Shed se proclamó el número uno de Londres en TripAdvisor. Butler confesó que todo el proceso le resultó sorprendentemente sencillo: “Fue fácil para mí”, explicó tras destaparse la historia.
Lo más llamativo es que, a medida que crecía la fama del lugar, también lo hacía la demanda. El teléfono no dejaba de sonar con solicitudes de reserva. Proveedores de alimentos enviaban muestras gratuitas y algunos medios de comunicación pidieron entrevistar al “chef” detrás del fenómeno. La exclusividad —aunque fuera inventada— había disparado el deseo de los comensales.
La presión por sostener la mentira obligó al creador a dar un paso más. Finalmente organizó una velada para una decena de personas que habían insistido en conseguir una mesa. Lo que encontraron no fue un restaurante de lujo, sino un cobertizo decorado con luces de colores y platos precocinados de supermercado, apenas disfrazados con guarniciones caseras. Aun así, los invitados salieron satisfechos. Algunos incluso aseguraron haber percibido sabores sofisticados en lo que no eran más que comidas de microondas.
Lo que hice fue crear la idea de un restaurante
El experimento se reveló en diciembre de 2017, cuando Butler publicó la historia en Vice. TripAdvisor retiró el perfil de inmediato y defendió la eficacia de su sistema, aunque el golpe a su credibilidad ya estaba dado. El caso mostró con claridad lo fácil que es manipular plataformas que basan su confianza en reseñas de usuarios.
El poder de la percepción en la era digital
El engaño de Butler no sólo puso contra las cuerdas a TripAdvisor, también evidenció una verdad incómoda: la percepción y la exclusividad pueden ser más poderosas que el propio producto. El reciente hilo de la cuenta @IA\_Quijote en X (antes Twitter), que ha viralizado la historia, subraya esta idea y la conecta con las marcas personales más influyentes de hoy.

MrBeast en uno de sus vídeos
Elon Musk, MrBeast o Logan Paul han convertido su nombre en un sello más poderoso que las empresas que representan. Lo mismo ocurrió con The Shed at Dulwich: no había comida, ni mesas, ni personal, pero sí un relato que generó confianza y deseo.
La frontera entre lo real y lo ficticio es cada vez más difusa en el que las opiniones digitales y la necesidad de exclusividad moldean nuestras decisiones. Butler demostró que, con una narrativa convincente y un manejo hábil de la percepción, se puede llegar a lo más alto incluso sin tener nada tangible que ofrecer.
Aunque la entrada en TripAdvisor ya no existe, puede verse una antigua versión de archivo aquí.