En los últimos meses se han viralizado en redes sociales vídeos que denuncian presuntos intentos de engaño al consumidor a través de etiquetas de aceite de oliva en las que figura como origen “Unión Europea y no Unión Europea”. Según esas publicaciones, se trataría de un pretexto para ocultar que el producto procede de Marruecos. Sin embargo, esta interpretación no es correcta: el etiquetado se ajusta a la normativa comunitaria y responde a criterios de transparencia fijados por Bruselas.
De acuerdo con el Reglamento (UE) 2022/2104, esta indicación es obligatoria cuando el aceite se ha elaborado con aceitunas procedentes tanto de países de la Unión Europea como de fuera de ella. La ley no exige detallar los estados concretos de origen, por lo que los envases pueden llevar esta fórmula general.
En la campaña 2022/2023, algunas marcas incorporaron de manera puntual partidas de aceite de países como Chile, Argentina y Túnez debido a la escasez de cosecha en España provocada por la sequía y el calor extremo.
España sigue siendo el principal productor mundial de aceite de oliva, con 854.000 toneladas en la campaña 2023/2024, según el Consejo Oleícola Internacional. Le siguen Italia (328.500), Túnez (220.000), Turquía (215.000), Grecia (175.000), Portugal (160.900) y Marruecos (106.000). Pese a ese liderazgo, España también importa aceite en determinadas campañas para equilibrar el mercado. En 2023, el 38% de las importaciones procedieron de Portugal, el 19,6% de Túnez y apenas el 2,1% de Marruecos, que fue ese año el octavo proveedor, según datos recopilados por Maldita.es.
