Comer chocolate antes de entrenar podría convertirse en parte de la estrategia nutricional de los deportistas. El chocolate negro, rico en cacao, contiene flavonoides con efecto vasodilatador que mejoran el flujo sanguíneo, la oxigenación muscular y el rendimiento, especialmente en disciplinas de resistencia como el ciclismo o la carrera de fondo, explica Laura Esquius, profesora de Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Investigaciones recientes señalan que su ingesta regular en pequeñas cantidades puede ayudar a reducir el dolor muscular, favorecer la recuperación tras el esfuerzo y mejorar la percepción de energía. Además, sus compuestos bioactivos actúan como antioxidantes, combaten el estrés oxidativo del ejercicio intenso y contribuyen a reducir la presión arterial y la resistencia a la insulina.
El momento de la ingesta resulta clave: unos 30 a 90 minutos antes del ejercicio puede potenciar la circulación y el estado de alerta; tras la actividad, en forma de bebida de chocolate con leche, facilita la reposición muscular gracias a la combinación de carbohidratos y proteínas. No obstante, no es recomendable consumirlo justo antes o durante el entrenamiento por posibles molestias digestivas.
El momento de la ingesta
Consumirlo unos 30 a 90 minutos antes del ejercicio puede potenciar la circulación y el estado de alerta
La mejor opción es el chocolate negro con más del 70 % de cacao o el cacao puro en polvo sin azúcar, mientras que los chocolates con leche o bombones, por su exceso de azúcar y grasa, apenas aportan beneficios.
A pesar de sus beneficios, no es un alimento apto para todos. Puede agravar problemas gastrointestinales, migrañas o insomnio en personas sensibles a los estimulantes que contiene, como la cafeína y la teobromina.