Más allá de la icónica y hegemónica variedad tinta tempranillo, en la Rioja emergen diversidad de variedades ancestrales autóctonas minoritarias, tanto tintas como blancas. La tempranillo suma cerca del 80% del mapa vitícola riojano, y la hasta hace no mucho denostada garnacha tinta ya supone un 6,59% del total. La graciano ocupa un 2,28% de las plantaciones, y la mazuelo un 1,67%.
La maturana tinta (la castets, que se cultivaba históricamente en el departamento francés de Aveyron), fue incorporada en 2008 al pliego de condiciones de a DO Calificada Rioja como variedad autorizada, aunque curiosamente es una de las castas con más historia. Solo ocupa un 0,49%.
Pero hay otras muchas variedades con las que se elaboran los vinos riojanos, como la malvasía riojana, la turruntés de Rioja, la verdejo, la tempranillo blanco, el tinto velasco, la tempranillo royo o gris... Algunas, como la blanca calagraño, aún no han sido admitidas en el pliego de condiciones del Consejo Regulador de la DO Ca. Rioja.
Racimos de mazuelo riojano
La tempranillo blanco es una variedad única en el mundo, y ya es la segunda blanca más plantada en Rioja detrás de la viura. Procede de una mutación genética natural a partir de un solo sarmiento de una cepa de tempranillo tinto, localizada en 1988 en un viñedo viejo de Murillo del Río Leza, un pequeño pueblo de La Rioja cuyo origen se vincula a un asentamiento romano para proteger la calzada que ascendía paralela al río Leza. La viña de la que se rescató esta variedad estuvo a punto de ser arrancada.
Desde el Consejo Regulador de la DO Ca. Rioja se afirma que “sus vinos presentan una concentración elevada en compuestos volátiles con aromas afrutados, y su acidez total se mantiene elevada, destacando el alto contenido en ácido málico”. La tempranillo blanco es una variedad resistente a los efectos del cambio climático. Es muy resiliente a la sequía y al viento, y se adapta a terrenos poco fértiles y pedregosos.
La tempranillo blanco se incluyó en la lista de variedades comerciales con la publicación en el BOE el 7 de enero de 2005. Posteriormente se autorizó en el ámbito de la DO Ca. Rioja (en 2009).
La tempranillo blanco
Esta variedad única en el mundo ya es la segunda blanca más plantada en Rioja detrás de la viura
La maturana blanca es la variedad autóctona más antigua, “con un perfil atlántico que encaja muy bien con el mercado actual”, según Iñigo Torres Andrés, el director general del Grupo Rioja. Por su parte, garnacha, mazuelo y graciano son, según el Grupo Rioja, variedades muy bien preparadas o que responden mejor al cambio climático, con un ciclo largo. Se añade que “en parte por eso, estamos viendo más monovarietales elaborados a partir de estas variedades”.
Maturana tinta
Los datos sobre la creciente extensión que ocupan actualmente las variedades autóctonas minoriarias han sido facilitados por el director general del Grupo Rioja, en el marco de la reciente tercera edición de la ‘Cata tendencias’, dirigida por el crítico y director de la revista PlanetAVino, Andrés Proensa, en la sede madrileña de la Unión Española de Catadores. Participaron 22 bodegas de la asociación Grupo Rioja en el primer acto oficial en el que se estrenaba la nueva presidenta del Consejo Regulador de la DO Ca. Rioja, del Grupo Rioja y de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja, Raquel Pérez Cuevas.
La nueva presidenta recordó que “en Rioja el viñedo no es un cultivo más”, destacó “la calidad de los vinos que se están haciendo en Rioja, con su diversidad” y abogó “por estar más presentes en mercados como el de Madrid”, donde los vinos amparados por la DO Ribera del Duero se han hecho un hueco muy importante en el mercado.
Según datos de la consultora Nielsen, Rioja vendió en Madrid y su área metropolitana en 2024 el 23,4% de los vinos con denominación de origen (24,4% de cuota de mercado en 2022 y un 24,2% en 2023). En Barcelona y su área metropolitana los vinos de Rioja tienen una cuota de mercado del 25,4% (2024), del 23,5% en 2022 y del 23,5% en 2023). Es decir, una de cada cuatro botellas con DO que se venden en Madrid o Barcelona son Rioja.
Andrés Proensa, Raquel Pérez Cuevas e Iñigo Torres durante la tercera 'Cata tendencias' en Madrid
La editora y directora de la publicación Mercados del Vino y la Distribución, Mónica Muñoz Blanco, dirigió en la sede de la Unión Española de Catadores la sesión dedicada a las variedades minoritarias. Afirmó que estas uvas “son una vía para diferenciarse en el mercado, explorar nuevos estilos y reforzar el vínculo entre el vino, su origen y su historia”. Añadió que cada variedad tiene su identidad, y que “muestran al consumidor sabores y sensaciones poco comunes que aportan un valor diferencial”.
Mónica Muñoz puso de relieve que algunas variedades, como el tempranillo royo, han mostrado aptitudes enológicas muy interesantes para la elaboración de vinos espumosos. A la vez, remarcó que, entre las variedades estudiadas, la tinto velasco es una de las mejores valoradas por los autores y con más posibilidades de futuro. Pese a ello, no pocos prescriptores depositan pocas esperanzas sobre la utilización de estas castas autóctonas minoritarias para la elaboración de vinos monovarietales de calidad, aunque sí para completar los cupajes.
Mónica Muñoz impartiendo la cata de vinos de variedades minoritarias
Mónica Muñoz también manifestó que estas variedades autóctonas minoritarias se ven favorecidas con los efectos del cambio climático por ser más resistentes y adaptadas, y que aportan “singularidad territorial, autenticidad y riqueza enológica”.
Desde Grupo Rioja, la asociación más antigua de Rioja con más de 60 firmas, se asegura que “las variedades minoritarias son parte de la esencia, de la historia y la identidad de los vinos de su Rioja y su diversidad”. A la vez, esta asociación bodeguera fundada en 1968 entiende que “tanto en tintas como en blancas, se han utilizado tanto en monovarietales como de acompañantes o mejorantes de otras variedades por su capacidad para largas crianzas, en las que aportan complejidad a los vinos gracias a sus matices olfativos y táctiles”.
Grupo Rioja dice estar “profundamente comprometido en preservar la riqueza varietal y la diversidad de Rioja, al igual que con los suelos, los paisajes y las elaboraciones que portan un legado más que centenario”.
Antonio Candelas impartiendo la cata de vinos de Pueblo y de Zona
Por otra parte, el director de la revista MiVino, Antonio Candelas, condujo una cata para poner en valor los vinos de Pueblo y de Zona. La tituló ‘100 kilómetros de infinita diversidad’, destacando la capacidad de Rioja para crear una amplia gama de estilos de vino.
Grupo Rioja considera que estas menciones permiten “ahondar en el origen del vino, reflejando su lugar de procedencia”. Y añade que la mención Vino de Zona permite destacar la diversidad de terruños y la singularidad de subregiones dentro de Rioja, promoviendo además una mayor trazabilidad y conexión con el origen”.
Turruntés de Rioja
En cuanto a los Vinos de Pueblo (elaborados con uvas de un municipio específico o pueblo, y en los que al menos un 85% de las uvas deben proceder del municipio indicado y el resto de municipios colindantes) se remarca desde Grupo Rioja que “reflejan a la perfección el microclima, el suelo y las tradiciones de un pueblo concreto”.
