Vinos exóticos: desde las chinas tierras de Yantai a una azotea de Nueva York
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Crece la curiosidad entre los consumidores devotos del mundo del vino
¿Cómo reducir el alcohol en los vinos mientras el grado sube con el cambio climático?
Azotea de Nueva York donde nacen las uvas de los vinos Rooftop Reds
Más allá de la Vieja Europa, y de los históricos productores de Francia, Italia, Portugal y España, hay mucho vino en el mundo. No todo son los afamados burdeos, borgoñas, champanes, toscanos, piamonteses, riojanos, oportos o priorat. La lista de los vinos más exóticos o raros del mundo no deja de crecer. La curiosidad, con cierto punto de excentricismo, y el creciente número de winelovers hace que en el mercado español no dejen de llegar vinos de todos los puntos del planeta donde se producen uvas.
Se elaboran productos de viñas plantadas desde el árido desierto del Néguev, en Israel, a las chinas tierras de Yantai (Shandong), pasando por vinos producidos en una azotea de Nueva York (Rooftop Reds inauguró en la primavera del 2016 el primer viñedo urbano comercialmente viable del mundo, en una azotea de Brooklyn). En este proyecto de azotea neoyorquina se pueden degustar vinos con vistas a los rascacielos de la Gran Manzana.
Y se han llegado a elaborar vinos en China con huesos de tigre o león, por la creencia en sus propiedades curativas y también afrodisíacas. Pero en el gigante asiático ya hace años que se elaboran también vinos del más alto nivel, como el Ao Yun del gran grupo francés de lujo Louis Vuitton Moët Hennessy. Es un tinto elaborado con uvas de la provincia de Yunnan que hay quien anuncia como el primer Grand Cru de las montañas del Himalaya. Está elaborado con las variedades cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, syrah y petit verdot; y se vende por unos 370 euros la botella.
La azotea de Brooklin en la que se cultivan vides del proyecto Rooftop Reds
Incluso se han enviado vinos de Burdeos y un centenar de fragmentos de cepas de las variedades merlot y cabernet sauvignon al espacio, a la Estación Espacial Internacional, como parte de experimentos para estudiar cómo la microgravedad y la radiación afectan el envejecimiento del vino y para comprender cómo cultivar vides en entornos y climas más difíciles, que podrían ser cada vez más habituales a causa del cambio climático.
También un cabernet sauvignon chileno, el Meteorito, ha sido criado con partículas de un meteorito de más de 4.500 años de antigüedad. Es un meteorito procedente del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Uvas de pinot noir de la bodega de Oregón Rose & Arrow
Philippe Eberlé, el director general de la distribuidora Primeras Marcas, considera que “cada vez el consumidor es más curioso”. Entiende que nunca había estado tan informado y que “tiene más facilidad de acceder a la información, a través de Internet y las muchas webs que hay”. Pero puntualiza que “otra cosa es que el consumidor sepa leer tanta información”. Afirma que esta tendencia se da especialmente entre los jóvenes, “y esto lo hace muy interesante para la industria del sector y, en general, para el mundo del vino”.
Philippe Eberlé destaca que esto provoca “diversidad, complejidad y descubrir vinos del Nuevo pero también del Viejo Mundo, y hace que todo sea más interesante para los profesionales, para los consumidores y también para los productores”.
Serpenteante viñedo de Movia, en Eslovenia
El marchante de vinos Quim Vila, copropietario de la distribuidora Vila Viniteca, también afirma que cada vez más los consumidores salen de su zona de confort movidos por la voluntad de descubrir nuevos vinos. Ahora, asegura, hay “más infidelidad”. Recuerda que “años atrás los consumidores eran muy fieles a una marca, y sólo solían beber un vino”.
¿Si un vino lejano es muy bueno por qué no probarlo?
Añade que son especialmente los jóvenes los más curiosos y abiertos. Considera que la dinámica de querer descubrir vinos más exóticos “está muy bien”. Ahora bien, Quim Vila puntualiza que “consumir un vino lejano que no sea bueno no tiene sentido, y más ahora con la mayor conciencia social en cuanto a la sostenibilidad”.
Quim Vila recuerda también que ya hace muchos años que llegaron a España vinos de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Argentina, Chile o Estados Unidos, y se pregunta: “¿si un vino lejano es muy bueno por qué no probarlo?” Ello no obsta también para que señale, a la vez, que “tenemos que defender lo nuestro”.
Viñedo del libanés Château Musar
El consejero delegado de Alma Carraovejas y de la distribuidora Singular Vineyards Wines, Pedro Ruiz Aragoneses, afirma que “afortunadamente cada vez más el interés por vinos de otros lugares es mayor”. Cree que responde a una formación e interés mayor por el cliente final de los vinos del mundo. Pedro Ruiz Aragoneses es del parecer que “aunque, a priori, pueda parecer que resta ventas a los vinos nacionales, creo que añade valor que nuestros vinos se comparen a nivel mundial y sigamos posicionando los nuestros también en el mundo”.
A la vez, Pedro Ruiz Aragoneses añade que en un mundo cada más globalizado, la glocalización, la estrategia que combina la perspectiva global con la acción local, es fundamental. En este sentido apunta que “el mundo está más conectado que nunca y las distancias son cada vez menores. Y, sin embrago, a la vez buscamos la identidad y la protección de cada lugar”.
Así mismo, opina que “aumenta nuestro conocimiento, nuestra experiencia y las opciones de consumir vinos de otras regiones, climas, suelos o variedades. Todo esto ayuda también a proteger y promover la cultura del vino y defender lo que supone histórica y culturalmente en tantos países, culturas y generaciones”.
Viñedo de la bodega Paşaeli (Turquía) de la variedad yapincak
Joan València, propietario de la distribuidora especializada en vinos naturales Cuvée 3000, no tiene dudas de que “ya desde hace unos años el consumidor de vinos tiene la mente más abierta, y se presta a probar más cosas nuevas”. Y eso se traduce en que las ventas de estos vinos de mínima intervención se van incrementando de forma sostenida, aunque puntualiza que “con estos vinos, que no son comparables con los de la Vieja Europa, partíamos de cero”.
Joan València también apunta que se venden mejor los vinos elaborados con variedades “arraigadas a un territorio”. Los vinos exóticos de su portafolio que más vende son los georgianos. De Georgia destaca que es una de las zonas productoras más antiguas del mundo, y que “han sabido mantener el saber hacer ancestral”. Y recuerda que no pocos elaboradores del Penedès y del resto de Catalunya han peregrinado a Georgia atraídos por su “resurgimiento”.
Turquía
Paşaeli Yapıncak 2018
Blanco elaborado con la variedad yapincak (originaria de la parte europea de Turquía) por una bodega situada en la región de Şarköy-Tekirdağ. Asia Menor se considera una de las regiones productoras de vino más antiguas del mundo. Es fruto de uvas de un único viñedo, con vides plantadas hace 50 años a una altitud de 200 metros. Paşaeli es una bodega familiar fundada en el año 2000 por Seyit Karagözoğlu, con su amigo y consultor italiano Andrea Paoletti. Sus viñedos reciben la influencia de los mares Egeo y Mármara. Ello, junto con sus suelos, aportan salinidad a sus vinos.
De color amarillo pajizo pálido, nítido y brillante. Con un tímido perfil aromático. Muestra notas que recuerdan a la fruta blanca y cítrica, y también a flores blancas. Es ligero, delicado y refrescante. Con 12,5º de alcohol. Un vino muy fácil y desenfadado, sin complicaciones. Precio: 14,50 €.
Líbano
Château Musar Blanc 2018
Blanco de la DOP Bekaa Valley elaborado con dos variedades de uva ancestrales, la obaideh y la merwah, que solamente se pueden encontrar en esta parte del mundo. Es fruto de un viñedo situado a gran altitud en una zona donde hace más de 6.000 años que se elabora vino. En Château Musar, de Gaston Hochar, tienen vides plantadas hasta los 1.200 metros sobre el nivel del mar. La relación de esta zona con el vino ya se cita en los textos bíblicos.
De color amarillo pajizo con reflejos dorados. Nítido y brillante. Con intensidad aromática y complejidad. Exhibe madera y orejones. En fase gustativa presenta notas que recuerdan a la fruta de hueso, una punta de miel y una muy buena acidez que lo levanta. También con la madera marcada. Es amplio y untuoso. Un vino con capacidad de guarda para amantes del estilo bordelés blanco clásico. Precio: 46,80 €.
Eslovenia
Movia Puro Rosé 2018
De la zona de Brda, en el oeste del país y próximo a la frontera con Italia, este rosado se elabora con uvas de la variedad pinot noir cultivadas en Vinia Njiva (aldea Zegla). Actualmente, el carismático Aleš Kristančič es quien está al mando, personificando la octava generación de una familia dedicada al mundo del vino. Su sabiduría heredada se une a una gran pasión por las técnicas. Trabaja una finca de 22 hectáreas originaria del 1700. En Movia se guían por una profunda convicción ecológica y de mínima intervención, elaborando sus vinos con dosis mínimas de sulfuroso. Forman parte del grupo biodinámico La Renaissance des Appellations.
Es un espumoso natural (pét-nat) sin filtrar ni clarificar que se presenta sin degüelle, con sus lías (hay que degollarlo justo antes de consumir). Es ecológico y biodinámico. Es un vino efervescente de larga crianza y destacado potencial de guarda. De color rosado salmón, con turbidez. Se nota su carácter natural. Ofrece notas de pomelo y naranja sanguina, y recuerdos de las levaduras. Con acidez y con un carbónico con burbujas pequeñas, pero algo punzantes. Con vivacidad y largo final. Es un espumoso singular y muy gastronómico. Precio: 29,50 €.
Georgia
Chkhaveri 2022 Pheasant's Tears
Es un vino muy singular de la República Autónoma de Ayaria (Adjara), que colinda con Turquía al sur y el mar Negro al oeste. El nombre de la bodega significa lágrimas de faisán. Elaborado con uvas de una variedad autóctona casi impronunciable: chkhaveri. De hecho, es una bodega comprometida con la recuperación de variedades georgianas poco comunes y de terruños escasamente conocidos. Dicen que les inspira la tradición y que les impulsa la creatividad. El viñedo donde nacen las uvas de este vino está en el pueblo de Qvashta, en la región de Keda.
Tras el despalillado total se practica la fermentación alcohólica en vasijas cerámicas enterradas (qvevri) como se hacía en el 6000 a.C. Es un tinto natural, sin filtrar y con solo 10º de alcohol. Es de capa baja y destaca por ser fragante, ligero y fácil de beber. Es un vino underground. Hay quien dice que es “juguetón”, y que se asemeja a los vinos de Jura. Precio: 26,20 euros.
Nueva Zelanda
Amisfield RKV Reserve Pinot Noir 2018
Pinot noir 100% de la zona de Central Otago. Elaborado por una bodega fundada en 1988 por John Darby. Es fruto de uvas de un viñedo único (Rocky Knoll) plantado a orillas del lago Dunstan. Amisfield es una de las raras bodegas del mundo situadas por debajo del paralelo 45º S (45 grados al sur del plano ecuatorial de la Tierra). Ello marca un clima continental extremo, con alta insolación y grandes contrastes térmicos. De hecho, protegen sus uvas con redes de las inclemencias meteorológicas.
Es un tinto concentrado, pero, a pesar de ello, no pierde elegancia ni redondez. Es fruto de una añada cálida y mantiene una destacada verticalidad. Fruta y madera (se ha criado en barricas de roble francés) se funden ofreciendo un buen balance. Exhibe notas de fruta negra y también de roja, y toques empireumáticos (café). Elegante y aterciopelado. Precio: 187 €.
Oregón (EE. UU.)
Rose & Arrow 2018
Rose & Arrow es uno de los proyectos más reconocidos en el valle de Wilamette. Los viñedos de Rose & Arrow están situados en pequeñas colinas de roca volcánica erosionada. Gracias al trabajo realizado con el elaborador y consultor chileno Pedro Parra, han adaptado la elaboración a las características propias de cada parcela. Buscan producir la mejor expresión del pinot noir de Oregón a través de un estudio minucioso y profundo de los suelos basálticos del valle de Willamette.
Es un suave, sedoso y redondo pinot noir, con 13,5% de alcohol. Muestra notas de fruta roja como la frambuesa y negra como la ciruela, y habla de su origen con suelos volcánicos (basalto). Precio: 124 €.