Probamos el cóctel más caro de España: cuesta 1.000 euros y se sirve en un club de Barcelona

Con oro de 25 quilates 

'Time in Your Lips' lleva champán Louis Roederer Cristal Rosé 2014,  tequila Gran Patrón Burdeos y oro de 25 quilates

Lo firma el barman Yeray Monforte y forma parte de la nueva carta de coctelería que ha ideado para Shôko Restaurante & Lounge

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El cóctel 'Time in your lips', en Shôko Restaurante & Lounge 

CLV

“¿A qué sabe el oro de 25 quilates?”. Es lo primero que nos viene a la cabeza antes de probar Time in Your Lips, el cóctel que este verano se ha convertido en el más caro de España. Se sirve desde julio en Shôko Restaurante & Lounge, en el Paseo Marítimo de Barcelona, que ostenta el título de séptimo mejor club del mundo en la prestigiosa lista The World's 100 Best Clubs 2024. 

Ubicado a pie de playa, este local combina el dinamismo de su discoteca (activa los siete días de la semana) con un restaurante asiático-mediterráneo que hace horario non-stop. Entre sofás blancos y luces cambiantes, en el espacio convive una clientela de lo más variada: desde familias que van a comer con sus hijos, hasta turistas con ganas de subir imágenes a sus stories, o algún playero despistado. Tampoco faltan, evidentemente, los amantes de la noche venidos de todos los rincones del mundo. 

La copa de Time in your Lips (con oro de 25 quilates -aunque que sepamos nosotros el oro solo llega a los 24 quilates- en su interior) no llega sola a la mesa. La acompaña un ritual que pretende desprender lujo: ostras frescas de Normandía, caviar de beluga de la firma Real Caviar y, sobre todo, una botella de Louis Roederer Cristal Rosé 2014 que se queda en la mesa como souvenir líquido de la experiencia. El precio del conjunto (ni más ni menos que 1.000 euros) no es solo reflejo del coste de los ingredientes que se utilizan, sino de un relato que busca seducir a un público muy concreto: viajeros de alto poder adquisitivo y locales que persiguen un destello de exclusividad.

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El cóctel 'Time in your lips', en Shôko Restaurante & Lounge 

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El portugués Ernesto Carneiro, bar manager de Shôko, lo resume así: “Time in your lips no es un cóctel para calmar la sed, sino para vivir una experiencia. El oro líquido no aporta sabor, pero le da ese plus de lujo, ese efecto hipnótico de las pepitas flotando en la copa”. Lo curioso es que, en la parte VIP del club, esa misma botella de Louis Roederer Cristal Rosé 2014 que se incluye con el cóctel como regalo, se venda a 1.200 euros. Es decir: pedir el cóctel resulta, paradójicamente, más barato que comprar solo el champán.

Damos el primer sorbo a Time in your Lips y entendemos que uno debe tratar de dejarse llevar por la fantasía efímera: las burbujas del champán acarician el paladar con suavidad mineral, el tequila Gran Patrón Burdeos (una exclusivísima botella que no baja en el mercado de los 750 euros) aporta notas de madera y frutos rojos, y el oro -de 25 kilates- flota en la boca como un espejismo. Aunque no sabe a nada (sí tiene quizás un pequeño regustillo metálico), por lo menos brilla.

La firma de Yeray Monforte

Detrás de Time in Your Lips está Yeray Monforte, uno de los bartenders más inquietos del panorama español, conocido por su capacidad de llevar la mixología a territorios inesperados. En este trago de Shôko, sin embargo, su creatividad parece haberse  puesto al servicio de otra cosa: el mercado del lujo.

Yeray Monforte, a cargo de la propuesta de coctelería de Shôko Restaurante & Lounge

Yeray Monforte, a cargo de la propuesta de coctelería de Shôko Restaurante & Lounge

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A pesar de que el resto de la carta que el bartender ha diseñado para Shôko juega con cócteles accesibles e imaginativos -la propuesta se inspira en ciudades de todo el mundo que tienen en común su ubicación frente al mar e incluye desde el Porno Star Sprite hasta el Cheesecake Cosmopolitan, la Banana Colada o el Mango Caipirinha por un precio de 16 euros-;  Time in Your Lips parece haber sido diseñado más para hacer de atrezzo que para la barra. Los ingredientes de culto que emplea -tequila Gran Patrón Burdeos, champán Louis Roederer Cristal Rosé y oro de 25 quilates-, que se remueven todos juntos para que el oro brille aún más, crean un relato que, más que de mixología, habla de exclusividad. 

“Al final, pedirlo es también una manera de contarlo, de mostrar que lo viviste”, admite Carneiro. Exactamente ahí está la esencia de Time in Your Lips: más que un cóctel, es una performance (más o menos divertida). Una postal líquida pensada para inmortalizar en redes, un símbolo de exceso en tiempos donde la experiencia vale más que el objeto. Tras probar el trago, una pregunta inevitable queda suspendida en el aire: ”¿qué compramos realmente cuando compramos lujo?”

El auge de la extravagancia 

Un par de sorbos más y el oro ya se ha sedimentado (en el cristal del vaso y en una de mis uñas). Horas más tarde, lo único que pervive de todo lo vivido aquella tarde en Shôko es el recuerdo de la experiencia. Esta, aunque pueda resultar extravagante, no es un fenómeno aislado, sino más bien parte de un ecosistema donde el lujo se mide en quilates, titulares y likes. 

Como explicaba La Vanguardia hace apenas unas semanas en este reportaje dedicado a este universo poco accesible para muchos, las excentricidades están cada vez más al orden del día (claro que solo para quienes se las pueden permitir). Y son precisamente las redes sociales las responsables de que este tipo de experiencias esté en auge. Cada día se visibilizan cuentas altísimas, para muchos disparatadas, con la mera intención de demostrar que hay quien gasta en una copa el equivalente a un alquiler mensual. 

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