Yamazaki 25 Years Old Mizunara es un selecto whisky japonés que se vende por unos 6.000 euros la botella de 70 centilitros (el precio oficial son 5.850 euros, aunque hay quien lo ofrece por 7.500 euros). Acaba de llegar a España. Es uno de los whiskies más codiciados del mundo. Sólo hay 34 unidades a la venta para todo el mercado español. La mayoría de ellas acaban en manos de coleccionistas.
Este destilado se anuncia como “una obra maestra líquida que trasciende el tiempo y la tradición”. El Yamazaki 25 años se elabora con una sola malta, como los single malt escoceses. Presenta 48º de alcohol y lo distribuye en España Beam Suntory Distribution.
Se ha podido degustar por primera vez en España en la coctelería Dry Martini de Barcelona. Quien se lo pueda permitir lo puede beber en este local del Eixample barcelonés por 1.200 euros la copa (de sólo 5 centilitros). Su propietario, Javier de las Muelas, ha manifestado al canal Comer de Guyana Guardian que “es muy particular y sumamente especial”. Dice que “aúna los matices de la cultura escocesa con el tamiz de la cultura japonesa”. Y añade que este whisky “es una de las mejores referencias que hay hoy en día”.
Una copa de este exclusivo whisky se sirve por 1.200 euros en el Dry Martini
La presentación ha tenido lugar en el marco de una degustación exclusiva del producto, junto con un taller de corte artístico de hielo a cargo del bartender Santi Ortiz, una degustación gastronómica diseñada por Dry Martini by Javier de las Muelas y destilados originales exclusivos que no están a la venta traídos directamente desde Yamazaki, la primera y más antigua destilería de whisky de malta de Japón. Es propiedad del gigante nipón Suntory Beverage & Food. Sus whiskies añejos alcanzan precios cada vez más desorbitados.
Yamazaki fue creada en 1923 por Shinjiro Torii, el fundador de Suntory. De hecho, Yamazaki 25 Years Old Mizunara es uno de los whiskies de malta insignia de Suntory, que también elaboró uno de 55 años (el Yamazaki 55 Year Old, que se vendió por 395.000 euros la botella y se llegó a subastar por 600.000 dólares) y otros conocidos whiskies como los de la marca Hibiki.
Este whisky es muy particular y sumamente especial”
El Dry Martini barcelonés, de hecho, se convirtió en junio pasado en el primer establecimiento en albergar un Hibiki House en Europa. Se trata de un salón experiencial alrededor del whisky con un menú maridaje especial. Es un espacio reservado junto al restaurante clandestino Speakeasy Barcelona del Dry Martini. Javier de las Muelas dijo ayer que es “un pequeño gran espacio”.
Cuentan que Shinjiro Torii seleccionó la tierra de Yamazaki, a los pies del monte Tennozan, por su fuente de agua natural de alta calidad y su entorno ideal para la elaboración de whisky. La destilería se encuentra en las afueras de Kioto. A esta región se la conocía antes como Minaseno, de donde proviene una de las aguas más puras y suaves de Japón.
Su elaborador asegura que es “un whisky que no solo se bebe, se contempla”
Es un whisky envejecido al 100% en barricas del apreciadísimo roble japonés mizunara, una madera extremadamente rara y difícil de trabajar que, aseguran sus elaboradores, “aporta notas únicas de sándalo, incienso y especias orientales”.
Las barricas de mizunara representan menos del 1% del total de barricas de Suntory, desde donde afirman que “tras décadas de experimentación, nuestros artesanos han descubierto que el mizunara solo revela sus características más encantadoras tras 25 años de maduración”. Los árboles de los que se obtienen las duelas de las barricas de roble mizunara tienen entorno a los 200 años.
El propietario del Dry Martini asegura que este whisky “es una de las mejores referencias que hay hoy en día”
También afirman desde Suntory que “de grano compacto y permeable, el mizunara es notoriamente difícil de esculpir en barricas”. Sorprende sobre este roble nipón que no es especialmente adecuado para la fabricación de barricas. La madera es difícil de manipular, permeable y propensa a filtraciones.
Estos robles japoneses tardan de dos a tres veces más en madurar que los robles tradicionales. Pero explican que “con persistencia, destreza y un poco de suerte, Suntory descubrió un mundo de sabor” con este roble japonés.
Destilador jefe de los whiskies de Suntory
Suntory añade que “es un roble de grano delicado y naturaleza exigente, que demanda un nivel de conocimiento y artesanía extraordinarios”. Sus virtudes, aseguran, se revelan solo tras largas maduraciones: “después de una década, la madera comienza a desplegar su carácter aromático—notas de sándalo, coco e incienso ahumado—, ofreciendo whiskies de una sutileza y complejidad inconfundibles”.
El resultado, puntualizan, es “un whisky que no solo se bebe, se contempla”. Y también apuntan que “es un viaje sensorial que evoca templos antiguos, bosques húmedos y la serenidad del Japón más profundo”.
La botella que se abrió ayer en el Hibiki House del Dry Martini
Yamazaki 25 Years Old es de color ambarino pálido. En fase olfativa despliega notas que recuerdan al queso azul, a los champiñones y al bajo bosque, a los frutos secos y al sándalo. Presenta toques dulces y, a la vez, picantes. En fase gustativa muestra cítricos agridulces y picantes, destacando con matices frutales (albaricoques), de sándalo, coco e incienso. Y ofrece un final con matices complejos, amaderados y los propios de un alto contenido en alcohol.
La experiencia sensorial de este whisky se describe, por parte de sus elaboradores, como “una dulzura de compota de albaricoque, suavidad cremosa reminiscentes de un latte de cacao y especias evocadoras de nuez moscada y cardamomo en nariz; un paladar especiado y agridulce con matices de naranja y crema; y un final complejo, marcado por la profunda madera mizunara y sutiles notas amargas de hierbas orientales”.
Yamazaki, la primera y más antigua destilería de whisky de malta de Japón
Se ha creado como “un tributo a la maestría y al espíritu innovador” que definen a su elaborador. Se presenta en una caja de madera hecha a mano sin utilizar un solo clavo, rindiendo homenaje a la artesanía tradicional nipona.
Esta selecta edición, además, cumple con los criterios de la Japan Spirits & Liqueurs Makers Association. Ello lo hace ser reconocido como un whisky japonés “auténtico”: destilado, madurado y embotellado íntegramente en Japón.
