De tipo natural, azucarado o de limón…Estas son solo algunas de las opciones que se pueden consumir en un yogur. Y es que además de su gran variedad de sabores y marcas, lo cierto es que este alimento es muy bueno para la salud. De hecho, la Fundación Española del Corazón lo describe como rico en proteínas, vitaminas A y B, calcio e incluso zinc.
Es por eso que el tecnólogo de alimentos Miguel Herrera ha puesto el foco en este producto, y en uno de los mitos que se han desarrollado a su alrededor. Lo ha hecho a través del programa de televisión Saber Vivir de TVE, donde ha explicado lo que sucede si nos tomamos un yogur después de la fecha de consumo preferente.
“¿Hay que tirar un yogur pasado de fecha?”, han señalado desde el programa. El experto, por su parte, ha incidido en los riesgos de tomar el alimento una vez ha vencido el plazo preferente de consumo.
¿Qué es la fecha de consumo preferente?
La fecha de consumo preferente es aquella que aparece en la tapa de los yogures y aporta información crucial sobre la vida útil del producto. En el caso de este alimento, este plazo indica el momento en el que está en sus mejores condiciones para tomarlo. Y es que “el yogur es el típico producto que se pone como ejemplo para el caso de las fechas de consumo preferente”, ha explicado el experto.
En este sentido, el caso del yogur es tan conocido pues se trata de un producto “que se hace con bacterias vivas y se da de consumir con esas bacterias vivas”. “La fecha de consumo preferente nos marca la fecha a partir de la cual puede que no estén todas vivas o que el yogur no esté tan bueno como estaba antes”, ha explicado el tecnólogo de alimentos.
Esta fecha, sin embargo, es aproximada, lo que quiere decir que normalmente podría no suponer ningún problema probar un yogur que haya superado la fecha, según ha explicado Herrera ante las cámaras del programa.
¿Cuándo tomar un yogur pasado?
Aunque no es una restricción obligatoria, lo cierto es que esta fecha sí que es orientativa. Puede que si han pasado unos días no pase nada por tomarlo, pero el experto ha advertido de que es necesario usar el “sentido común”. “No es lo mismo tres días que tres meses”, ha sentenciado.
“No es lo mismo un yogur que está recién pasada la fecha de hace dos días, que un yogur que ha estado almacenado tres meses en la nevera porque se nos había olvidado”, ha reseñado el tecnólogo de alimentos, quien también ha añadido otra condición a la que hay que prestar atención.
Según ha señalado, tampoco es igual tomarse un yogur que está correctamente refrigerado que otro “que se ha quedado fuera de la nevera y ha pasado un cierto tiempo a temperatura ambiente”. Y es que en este último caso podría haber sufrido modificaciones que lo podrían hacer peligroso para nuestra salud.