Durante años pasó desapercibida, pero actualmente la remolacha está en su culmen al ser considerada un superalimento, especialmente en el mundo del deporte.
Sus beneficios están científicamente comprobados, hasta el punto de que el Instituto del Deporte Australiano la ha clasificado con nivel de evidencia A, lo que significa que el zumo de remolacha ha demostrado mejorar el rendimiento cuando se consume bajo protocolos específicos en contextos deportivos concretos.
Se ha demostrado que la suplementación con zumo de remolacha puede aumentar el rendimiento cardiorrespiratorio al mejorar la eficiencia del cuerpo, prolongar el tiempo hasta el agotamiento y optimizar la capacidad de ejercicio a intensidades cercanas al umbral anaeróbico y al VO2max.
Es decir, no solo permite correr más tiempo o pedalear más lejos, sino hacerlo con menor esfuerzo. Por ello, tanto atletas de élite como aficionados están incorporando este vegetal a su dieta como herramienta para optimizar sus entrenamientos.

Remolacha
Con solo 43 calorías por cada 100 gramos, es baja en calorías y rica en fibra, lo que favorece la digestión y el control del colesterol. Su alto contenido en potasio ayuda a prevenir la retención de líquidos, mientras que sus aportes en hierro y vitamina C la convierten en una aliada contra la anemia.
También es fuente de antioxidantes que combaten el envejecimiento celular, y de vitaminas del grupo B y magnesio, nutrientes fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular.

Zumo de remolacha
Para consumirla se puede tomarse en zumo, especialmente antes de entrenar (idealmente unas 2 a 3 horas antes de la actividad física para maximizar su efecto vasodilatador). Otra opción es la de incluirla en ensaladas crudas o cocidas o mezclarse en batidos con otras frutas y verduras.