Todos los cocineros, o al menos la mayoría de ellos, utilizan el aceite en sus elaboraciones. Y es que este ingrediente, que puede ser de oliva, de girasol y hasta de palma, se ha vuelto fundamental en la dieta Mediterránea, y un pilar primordial a nivel culinario.
Cuando se habla de aceite, el primero que suele venir a la cabeza es el de oliva, una grasa vegetal que se obtiene del fruto con el mismo nombre y que le aporta textura y sabor a los platos. Tanto es así, que la propia Unión Europea- el principal productor- tiene su propia clasificación del mismo, entre la que se encuentra el AOVE, el virgen o el refinado.
Normalmente el de oliva suele ir asociado con la calidad. Pero, ¿es siempre un sinónimo de la misma? Pues bien, la respuesta está en la etiqueta del envase que lo contiene, que aportará toda la información que se debe de saber al respecto. Para comprobar si es bueno, por otro lado, existe un truco muy eficaz y rápido de llevar a cabo.
¿Cómo comprobar si el aceite es de calidad?
La clave a esta cuestión la ha aportado el ingeniero de alimentos Tomás Gil, quien suele utilizar su cuenta de Instagram para enseñar ciertas curiosidades y trucos en la cocina. En este caso, el experto se ha centrado en las señales que indican que un aceite no es de calidad, aunque se haya comprado con esa intención.
Una de las primeras claves a las que hay que prestar atención es la etiqueta nutricional, en la que pueden aparecer las palabras “virgen extra”, que se asocian a un aceite de mayor calidad y con mucha más presencia en el plato. No es el único indicio, pues el sabor y su olor también son dos claros indicadores de la clase del producto.
Tomás Gil, sin embargo, ha hecho alusión a un truco que no requiere ni olerlo ni probarlo para determinar su condición. La señal clara, entonces, está en el estado en el que se encuentre. “Si el aceite de oliva solidifica, es un sello de calidad y autenticidad. Cuanto más solidifica, mejor es la calidad”, ha resaltado el ingeniero en alimentos.
¿Cuál es la explicación detrás de este truco?
Gil, así, ha puesto el foco en la temperatura, que será la principal causante de este fenómeno. Y es que cuanto esta es menor a 15 grados, “el aceite de oliva, que es líquido a temperatura ambiente, comienza a solidificar”, según ha explicado él mismo en el metraje, de menos de un minuto de duración.
Esta reacción a las temperaturas se debe al llamado “ácido oleico”, que “es el principal y característico en el aceite de oliva”. De acuerdo a la explicación del experto, cuando los termómetros marcan una temperatura baja, este componente “cambia” su estado de líquido a sólido.
“Por eso en invierno, los aceites de oliva de buena calidad vas a ver que están solidificados en parte o en su totalidad , y en verano los vas a ver líquidos, pero si los llevas un rato a la nevera vas a notar que comienza a solidificar”, ha reseñado Gil. Se trata, entonces, de una forma de comprobar el sello de calidad del producto, pues indicaría en ese caso la presencia de ese ácido oleico que debe estar siempre.


