Los bares, restaurantes y otros locales gastronómicos se suelen asociar con el hecho de pasar un buen rato en familia o junto a la buena compañía de amigos mientras se disfruta degustando comida distinta a las que se consume habitualmente en casa. Sin embargo, no todo es de color de rosa en el sector de la hostelería.
Y es que las condiciones laborales lamentables de muchos trabajadores, con jornadas interminables y constantes conflictos y discusiones entre propietarios, camareros y clientes son tan solo algunos ejemplos de los conflictos que sufren los trabajadores habitualmente en este sector.
Situaciones así seguramente se han producido desde toda la vida, pero antes solo quedaban en el recuerdo de quienes las habían vivido. Sin embargo, con la entrada de las redes sociales en el juego, hoy en día estos conflictos tienen mucha más repercusión. En ellas, los camareros han encontrado un espacio virtual donde poder dar voz a todas las injusticias a las que se enfrentan a diario. Y también los clientes.
Uno de los perfiles más conocidos que da voz a los conflictos que se dan en la hostelería es la cuenta de X (antes Twitter) Soy Camarero. Este perfil se hace eco día tras día de situaciones que le explican sus compañeros de profesión y también de clientes enfadados por malos servicios. Recientemente, el camarero detrás de este perfil, Jesús Soriano, ha difundido la reseña de un cliente enfadado tras acudir a un bar de Lleida y la posterior respuesta de la dueña del negocio.
En su reseña, el cliente puntúa con dos estrellas al bar y escribe: “Domingo, 15:15 y la cocina cerrada. Hay otras opciones alrededor”. Pero no queda aquí la cosa. Y es que la dueña del negocio decide responder a la crítica y su respuesta ha sido aplaudida por miles de personas en redes sociales, donde la publicación se ha hecho viral.
Reacciones en redes
“¡Olé esta respuesta! Cuánta educación y empatía falta en este país”
“Nunca entenderé la fijación de alguna gente en contra de poner un horario y cumplirlo. No tengo por qué dar explicaciones, pero se lo explicaré: mi marido y yo somos dueños, cocineros, camareros y limpiadores en nuestro pequeño local. El domingo a las 15:15 ya llevamos cada semana 60 horas trabajadas a destajo, así que cerramos porque tenemos derecho a descansar (...)”.

