El chef Karlos Arguiñano ofrece su perspectiva sobre el postre perfecto para impresionar durante las festividades navideñas: “En Nochebuena, sorprende con el mazapán de cocodrilo”
COMIDAS DE NAVIDAD
El chef del País Vasco propone distintas maneras de cocinar el “dulce más divertido de la mesa navideña”, ideal para que los más pequeños participen en la preparación de alimentos.

Karlos Arguiñano en el programa Cocina Abierta

La cuenta atrás para las celebraciones y los encuentros familiares navideños ha comenzado. En cada hogar, las cenas y comidas representan mucho más que un simple banquete; son el reflejo de las costumbres familiares y una ocasión para compartir instantes únicos con la familia. En una época de inventiva en la cocina, la Navidad se erige también como el momento ideal para introducir novedades en las creaciones culinarias.
Además del cordero, el marisco y los turrones, muchos están considerando modificar los tradicionales platos navideños. La Navidad tampoco sería igual sin sus postres característicos, esas delicias que cierran las copiosas comidas familiares y brindan la oportunidad ideal para prolongar la conversación de sobremesa por mucho tiempo. Los turrones, polvorones, mazapanes y el roscón de Reyes son los gustos que se han transmitido a través de las décadas, aportando tradición y deleite a las mesas. No obstante, algunos optan por explorar la originalidad, y para ellos, el chef Karlos Arguiñano propone la alternativa perfecta para asombrar a la familia en Nochebuena con “el dulce más divertido de la mesa navideña”.

Mediante su espacio televisivo cotidiano, Arguiñano transforma el tradicional mazapán, confiriéndole un diseño sumamente novedoso. El chef ha creado una figura de mazapán con la silueta de un cocodrilo y enumera los componentes requeridos para esta preparación, la cual resulta bastante fácil. “Almendra molida, azúcar glas, la clara de este huevo, la yema la guardaremos para luego darle brillo, unos piñones y unas frutas escarchadas. Ya veis que los ingredientes son muy sencillos”.
Para iniciar este postre, coloca el azúcar glas en un recipiente “que es la masa del mazapán”, luego incorpora la almendra molida y combina estos dos ingredientes fundamentales. A continuación, el chef vasco separa la clara del huevo y la suma a la preparación para unificarla con los demás componentes. “La mejor manera de juntarlo todo es a mano hasta que absorba totalmente la clara y se quedará como una masa compacta, que luego le daremos la forma”, agrega. En un lapso de apenas 2 minutos, la masa de mazapán queda completamente integrada.
De esta masa compacta, Arguiñano extrae distintas porciones, las cuales se utilizarán para representar las extremidades y los órganos visuales. Para la creación de los órganos visuales del ser, elabora dos esferas y las coloca una sobre la otra. Posteriormente, únicamente es necesario dar forma a la masa para configurar la silueta del tronco y, con otra leve incisión, se genera el contorno de la cavidad bucal. “Es como si estuviéramos jugando con plastilina, por eso os digo, que con los niños la podéis armar”.
Para conferirle autenticidad al platillo y emular la lengua, introduce una fruta confitada. Y para simular los dientes, dispón varios piñones “tanto arriba como abajo”. A continuación, traslada el lagarto a la bandeja de horneado y, con tus manos, moldea la cola para extender el cuerpo “y que sea un cocodrilo con fundamento”. Para crear las escamas del reptil, utiliza unas tijeras y realiza múltiples incisiones a lo largo de la cola.
Finalmente, se añaden las patas y los ojos, y la yema de huevo reservada se usa para pintar todo el cocodrilo, asegurando que se dore y quede brillante al salir del horno. En la parte superior, simulando la cola del cocodrilo, se disponen frutas, alternando trozos verdes con amarillos. El último paso es la cocción en el horno “a 180 grados entre 5 y 10 minutos. No lo tengáis más tiempo porque sale más dorado, pero seco, para que sea jugoso por dentro y extraordinario por fuera, con este tiempo es suficiente”.

Para elaborar este postre clásico con un giro moderno, sugerido por Arguiñano, requerirás 200 gramos de almendra triturada, 200 gramos de azúcar impalpable, un huevo, frutas confitadas, piñones, dos especias de clavo y hojas de menta para el acabado. Con un poco de habilidad y originalidad, crearás un postre que asombrará a todos tus comensales.

