Jabugo en estado puro: la experiencia de saborear Sánchez Romero Carvajal

Sánchez Romero Carvajal

Sánchez Romero Carvajal

Hay productos que no se degustan, se viven. Cada pieza de Sánchez Romero Carvajal ya sea un Jamón de Bellota 100% Ibérico o una Paleta de Bellota 100% Ibérica encierra un relato que va más allá del paladar. Son más de 145 años de historia, de respeto a la dehesa y de un saber hacer que convierte a cada loncha en una emoción.

Un legado centenario

Desde 1879, cuando tres visionarios decidieron unir sus conocimientos en Jabugo; un experto en curación, un ganadero y un comerciante, la marca ha mantenido intacta una filosofía: trabajar únicamente con raza 100% ibérica, criarla en libertad y confiar en la paciencia del tiempo. Ese legado sigue vivo en cada corte, ya sea de jamón o de paleta, transmitiendo una autenticidad que trasciende generaciones.

El sabor de la libertad

Los animales crecen en plena dehesa desde los cuatro meses, recorriendo kilómetros cada día en busca de hierbas, raíces, setas y, sobre todo, bellotas. Durante la Montanera llegan a caminar hasta 14 kilómetros diarios, y esa vida en movimiento, unida a una dieta natural, da lugar a una carne infiltrada de grasa, rica en ácido oleico y con un veteado inconfundible.

En la paleta, esa intensidad se concentra aún más: el hueso más cercano y la menor cantidad de grasa hacen que su sabor sea más rotundo, más directo, perfecto para quienes buscan un bocado con carácter.

Sánchez Romero Carvajal

Sánchez Romero Carvajal

La paciencia hecha arte

El tiempo es el ingrediente invisible. Al desarrollo en libertad se suman al menos 1 año y medio a 2 años de curación en el caso de la paleta y más de 3 años el jamón, una curación lenta en bodegas centenarias de Jabugo, situadas a 658 metros de altitud. Allí, el aire puro y el célebre “nevado de Jabugo” esa microflora natural que recubre las piezas transforman lentamente tanto al jamón como a la paleta. Los artesanos, con su cala, afinan el proceso hasta alcanzar el punto exacto en el que la pieza se convierte en una joya irrepetible.

Más allá de la excelencia

La normativa reconoce la Brida Negra como la máxima categoría del ibérico, pero en Sánchez Romero Carvajal la exigencia va mucho más allá. Cada animal dispone de más del doble de espacio del exigido por ley, y un equipo propio de 29 veterinarios y técnicos supervisa cada etapa, garantizando pureza racial y bienestar animal. El resultado es una experiencia sensorial única: el jamón, con su equilibrio entre finura y persistencia, y la paleta, con su intensidad característica que conquista desde el primer bocado.

Descubre el legado de SRC y disfruta en tu mesa de la esencia más auténtica de Jabugo.

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