“Aunque nos separen unos cuantos kilómetros, el magnetismo de los Roca nos refuerza, como a todos los restaurantes de las comarcas de Girona”. El comentario es del cocinero Àlex Carrera, al frente de L’Aliança d’Anglès junto con Cristina Feliu. Esperit Roca, como se llama el ambicioso proyecto gastronómico y cultural en la antigua fortaleza en la montaña dels Sants Metges, situada en Sant Julià de Ramis (Girona), se expande. Además del hotel, la espectacular bodega de Josep Roca, el I+D, la destilería o el espacio expositivo, allí están sus dos restaurantes más nuevos: Esperit Roca y Fontané. Todo ello, sumado por supuesto al gran atractivo de El Celler de Can Roca, además de a Can Roca, la casa de comidas que abrieron los padres y donde los hermanos crecieron, y a todos los negocios que han ido abriendo en su ciudad, actúa como un potentísimo imán para el turismo gastronómico de una de las zonas que reúne más talento culinario del país.
Los Roca abrieron El Normal en tiempo de pandemia para llevar a su ciudad una cocina “matriarcal”, más para el día a día
A pesar de las múltiples ofertas que han recibido siempre para abrir en distintas ciudades del mundo, y con la excepción de la iniciativa vinculada a The Macallan en Escocia, los hermanos han querido crecer sin alejarse de casa y de una forma orgánica, confiando y haciendo crecer a su vez a grandes profesionales de su equipo que hoy lideran cada uno de sus establecimientos, todos ellos exitosísimos.
El Normal, que abrieron en tiempo de pandemia para llevar a su ciudad una cocina “matriarcal”, más para el día a día que la de El Celler, evoluciona sin parar gracias al talento de Eli Nolla y a su cocina “suculenta y generosa”, según los propios hermanos. Esta temporada, platos como la tartaleta de setas con yema confitada, holandesa y queso comté con ensalada de setas y castañas escabechadas o la corvina a la brasa, salsa a la naranja con puré de boniato, zanahorias, calabaza, castañas y apio, o el pato a las tres bellotas con tatin de chalotas, endivias y peras, son todo un revulsivo. El antiguo Esperit del Vi, del que los Roca eran socios, desde agosto del 2024, es un negocio de los hermanos que capitanea la gran sumiller Audrey Doré después de oficiar muchos años en la sala de El Celler (esta misma semana ha recibido el premio Nacional de Gastronomía). Transformado en el VII (plaza del Vi, 7), ahora es más que nunca un bar de vinos donde se puede disfrutar de excelentes tapas y platillos. Cuenta con 1.600 referencias de vinos, siempre elegidos por ella en busca de su excelente relación placer-precio, y con una doble cocina, una para las frituras (esos calamares a la romana o el cazón en adobo) y otra para los guisos, ambas capitaneadas por el cocinero David Freijomil.
Mientras el hotel Casa Cacao, dirigido por Anna Payet, es todo un éxito, también lo son los espacios de degustación del propio Casa Cacao, las heladerías Rocambolesc (estas sí con sucursales en Barcelona, Madrid, València ¡y Huston!), la Confiteria y la Bikineria, todos ellos con Jordi Roca y Ale Rivas al frente. O el espacio Mas Marroch de eventos, que lidera Xani Tirado.
La sala del Restaurant Fontané, dentro del Hotel Esperit Roca
El potencial de esos más de 7.000 m2 de Esperit Roca en Sant Julià de Ramis es enorme y proporcional a la capacidad emprendedora de una familia que ya cuenta con el impulso de la nueva generación, con Marc y Martí Roca en la cocina. Si el restaurante Esperit Roca, con Raúl Sillero en los fogones y Carles Aymerich en la sala, sedujo a Michelin, que le otorgó una estrella al poco de abrir, ahora el Fontané, en el hotel que dirige Manel de la Rubia dentro de la misma antigua fortaleza en la montaña dels Sants Metges, es toda una atalaya para divisar el paisaje y donde se eleva la cocina catalana tradicional. Y es, por supuesto, el mejor homenaje a la madre, Montserrat Fontané, que pudo inaugurarlo el día de su onomástica del año pasado y que puede celebrar con “el jefe”, como llaman los hermanos al padre, Josep Roca, la admiración que despiertan sus hijos.

