Vivir atrapado en el pasado o anticipando el futuro nos aleja del único lugar donde realmente podemos actuar: el presente. Nos pasamos horas reviviendo escenas antiguas o imaginando lo que vendrá, intentando encontrar control donde no lo hay, respuestas donde no las necesitamos. El desafío no es dejar de pensar, sino soltar aquello que ya no aporta, para abrir espacio a lo que sí: a lo que ocurre ahora, que es lo único que podemos vivir de verdad.
Nancy Colier es una psicoterapeuta experta en enfocar el pensamiento. A través de su libro 'Deja de pensar tanto', ofrece estrategias para ayudar a las personas a evitar la rumiación de pensamientos y el exceso de reflexión.

A menudo nuestra mente entra en un bucle de pensamientos que no podemos controlar.
Deja de pensar en bucle y empieza a sentir mejor
Rumiación de pensamientos. Se trata de una forma de pensar en círculos, sin ofrecer nuevas perspectivas ni resoluciones para salir del agujero negro mental: “La persona es incapaz de romper este círculo. Dar vueltas, en vez de ayudarle, le genera más preocupación y amplifica sus emociones adversas”, afirma Nancy.
¿Cómo dejar de pensar tanto? La experta afirma que cuando no pensamos, surge un vacío existencial: “Cuando no pensamos, surge un vacío existencial que, erróneamente, nos han enseñado que sólo se puede llenar con más pensamiento. El problema no es que nuestra mente produzca pensamientos, sino que creamos que son verdaderos e importantes. Y que tenemos que pensar en ellos”, comenta.

Una joven reflexionando, mirando por la ventana
Los problemas de pensar en bucle. Hacerlo genera estrés porque la mayoría de nuestros pensamientos hasta el 95% son repetitivos y también negativos: “Creemos erróneamente que no podemos elegir dónde dirigir nuestra atención y que el contenido de nuestros pensamientos es válido y real», apunta la psicóloga. Eso nos genera una enorme infelicidad y ansiedad”, explica la psicóloga.
La importancia del presente. Para centrarnos y soltar los pensamientos en bucle, Colier recomienda hacer una respiración profunda: “Eso nos ayuda a llevarnos de vuelta a casa, a este momento concreto. Simplemente detenerte y soltar. Es decir, desviar nuestra atención de la cabeza a las sensaciones físicas que ocurren en nuestro organismo. Se trata de un camino directo al ahora”, indica. También ayuda preguntarnos cada pocas horas dónde estamos o dónde tenemos puesta la atención.

Una mujer desvelada
¿Cómo podemos salir del bucle de pensamientos? Debemos estar dispuestos a enfocar nuestra mente y observar qué está haciendo, crear un punto de apoyo desde el cual observar las aguas turbulentas de la mente: “El miedo y la vergüenza son difíciles de manejar. Al trabajar con estos pensamientos, debemos utilizar una gran dosis de autocompasión. También reconocer la experiencia y el sufrimiento que subyacen a ellos, de dónde provienen”, termina diciendo.