Al llegar a los jardines del TNC, los asistentes a la presentación de la temporada 25-26 recibían la correspondiente bolsa, que este año es de color lila, como el programa. En la sala de pintura, el público queda inundado por montones de focos que proyectan una luz lila. El mismo color que la pantalla y el escenario. Si Carme Portaceli ha marcado su dirección artística con un papel destacado de las mujeres en todos sus ámbitos, esta temporada 25-26 llega a su cenit: “Es el momento de apropiarnos de nuestro relato”, declara en la presentación. “Porque más allá de la paridad, lo que queremos es hablar de las mujeres y poder explicar nuestra visión del mundo”.
Y para empezar, toda una declaración de intenciones con La Veronal de Marcos Morau, una de las más prestigiosas compañías de danza del mundo, con una obra inspirada en La mort i la primavera, de Mercè Rodoreda. Todo hace presagiar que la confluencia de estos dos monstruos de la cultura de nuestro país ofrecerá “un poema visual maravilloso”, vaticina Portaceli. En agosto se presentará en la Bienal de Danza de Venecia, la primera vez que el TNC asistirá a esta cita.
Sagarra, Cunillé, Carrió, Dueso y Díez Quintanilla, entre los autores catalanes representados
Pero esto solo es el principio, porque la nueva temporada suma 32 espectáculos, entre los que hay 7 producciones, 19 coproducciones y 6 compañías invitadas. Entre las producciones, Xavier Albertí recupera uno de los textos de referencia de Sagarra, La corona d’espines, y Carlota Subirós fusiona tres tragedias griegas en Èdip & Antígona. La novelista Sara Stridsberg estará presente con Dissection d’une chute de neige, dirigida por Christophe Rauck.
La nueva colaboración de Michael De Cock y Carme Portaceli se centra en el personaje de Maria Magdalena, “símbolo de las mujeres borradas a lo largo de la historia”, manifiesta la directora. La obra hará gira internacional, como este año Anna Karènina, en ambos casos con Ariadna Gil. Portaceli también dirigirá la ópera Bovary, de Michael De Cock y Harold Noben, a partir de Flaubert.
La autoría catalana también está representada con Lluïsa Cunillé, que estrenará Boira. Pau Carrió, que presentará La reina lloba, a partir de uno de los personajes femeninos más citados en las obras de Shakespeare, Margaret d’Anjou, y también se estrenarán Jambo Bwana, de Manuel Dueso; El sonall, de Projecte Ingenu; Nascuts lliures, de La Conquesta del Pol Sud; y Tarsius, de Lara Díez Quintanilla, quien también participa en Batecs, junto a Ariana Ruglio, Alba Florejachs y Nídia Tusal.
Entre las piezas de danza, el TNC acoge espectáculos de Sol Picó, Peeping Tom, Vero Cendoya y Lali Ayguadé. Y Raimon Molins, con la sala Atrium, estrenará La filla de l’aire, sobre la historia de la estrella de la danza Roseta Mauri.
La consellera de Cultura, Sònia Hernández, se congratuló porque “el TNC se convierte realmente en una puerta al mundo”. “Esta tiene que ser la legislatura de los derechos culturales, para que sea disfrutada por todo el mundo, sea como sea y venga de donde venga”, añadió. Y recogiendo las palabras de Portaceli, concluyó: “Las mujeres nos apropiaremos del relato y lo haremos con todo el orgullo del mundo, porque históricamente no lo hemos podido hacer”. La criptoginia llega a su fin.
La previsión de cierre de la temporada actual apunta a un 87% de ocupación (un punto más que la temporada anterior) y 134.000 espectadores (2.000 más). Una cuarta parte de los espectadores es público joven (menores de 35 años) y actualmente la media de edad es de 48 años.


